Seleccionar página

 

Jan Ámos Komenský, también conocido como John Amos Comenius, fue un revolucionario dentro del campo de la enseñanza de tal calibre que es comúnmente considerado el padre de la pedagogía moderna. Nació en Nivnice, Moravia, en 1592, en la actual República Checa. El menor de cinco hijos, su infancia fue difícil, marcada por las muertes de sus padres y dos de sus hermanas cuando tan solo tenía doce años, supuestamente debidas a la peste. A cargo de unos parientes, no tuvo una educación formal hasta entrar en la Escuela Latina de Přerov, en 1608. Tres años más tarde, gracias al apadrinamiento del Conde Charles of Žerotin, pudo continuar sus estudios en la Universidad Reformista de Herborn.

Comenius formaba parte de los Bohemian Brethren: un grupo católico-protestante reformista que sufrió mucha persecución incluso tras el Edicto de Tolerancia aprobado en 1781 por el Emperador José II de Austria. Teólogo y autor de más de 150 obras, Komenský llegó a ser una figura muy relevante dentro de su comunidad y es considerado el “último obispo” entre los Brethren.

Contemporáneo de personajes como Galileo Galilei, René Descartes, Rembrandt y Milton, Komenskýfue otra pieza clave dentro de la revolucionaria Ilustración. Su Didactica Magna es considerada una obra canónica dentro del campo de la pedagogía, y una de las que le ganan el título de padre de la educación moderna. En esta obra él aboga por la necesidad de todo hombre y también toda mujer (lo cual era francamente revolucionario en esa época) de recibir una educación formal básica, más allá de sus posibilidades económicas o sus capacidades intelectuales. Distinguía los entornos educativos según las etapas del desarrollo del niño (el hogar, la escuela, la academia) y abogaba por una enseñanza que aunara las metodologías más adecuadas para impartir las ciencias, las artes, las lenguas y sin obviar jamás el objetivo principal, que era el desarrollo de una personalidad piadosa, cultivada en valores e integrada en su comunidad.

Afirmaba que esta educación universal y básica para el ser humano debía emprenderse en la infancia, comparando el proceso, en una bonita metáfora, con el riego, injerto y poda de los árboles frutales jóvenes por parte de los jardineros más experimentados para que estos puedan así ir más allá del estadio natural pero salvaje del árbol y llegar a producir los mejores frutos. Komenský aseveraba que la educación es un arte y deber sagradose ineludibles en toda vida humana y además uno de los más sólidos consuelos y apoyos ante la incerteza de la vida presente; incerteza que él vivió en muchas ocasiones en los acontecimientos de su propia vida.

Jean Piaget escribió un artículo sobre Komenskýde fácil acceso online en los archivos de la UNESCO. Analizando su obra, deduce que el teólogo, reformista y educador del siglo XVII buscaba crear una filosofía completa de vida, una ‘pansofía’ basada en la educación, o ideal utópico educativo del estilo delos tratados de Tomás Moro abogando por una sociedad perfecta. Califica su obra como la indiscutible precursora del campo de la educación moderna, mas subraya también la necesidad de contextualizarla eficientemente en su época y tener en cuenta sus circunstancias, tan marcadas por las revoluciones ideológicas, científicas y religiosas. De esta manera, Piaget deduce que a la obra de Komenský, en última instancia, a nivel de modelo para las escuelas modernas le falta objetividad y rigor en la recogida y exposición de los datos en los que se apoya sus tesis, pues no puede separarse del trasfondo moral y cristiano ideal sobre el que se fundamenta.

A pesar de ello (o, incluso, justamente gracias a ello) la Didactica Magna constituye un recurso educativo y de investigación interesante y profundo, que va más allá de los tratados y los convencionalismos objetivos y se atreve a unir a algo tan intangible como el alma al proceso de cultivación personal a partir del proceso de recepción e impartición de la enseñanza. Puede constituir un recurso personal muy valioso para aquellos educadores a los que un contexto de trabajo difícil les pase, de tanto en cuanto, factura anivel de motivación, pues es muy difícil no contagiarse del elevado entusiasmo que Komenský transmite en toda su obra. En general, para todo aquel dedicado al campo de la historia de la educación y la psicología, o interesado en ellos, una obra como el Didactica Magna es todo un descubrimiento y un auténtico placer de leer.

María Concepción Pomar Roselló