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Un estudio del que fui coautor se publicó recientemente en la revista Pediatrics y describe una revisión de metanálisis de la creciente literatura sobre los horarios de inicio de clases (Yip et al., 2022).
Un metanálisis es un método estadístico riguroso para comparar los resultados de todos los estudios disponibles sobre un tema. Los autores identificaron 28 estudios que cumplieron con sus criterios de inclusión y el número total de estudiantes fue de 1,75 millones de estudiantes de secundaria y preparatoria. En diez de los estudios, los investigadores pudieron realizar evaluaciones después de que un distrito escolar cambió de un horario de inicio más temprano a uno más tardío.
Los resultados mostraron algunos beneficios de los tiempos de inicio más tardíos, que incluyen una mayor duración del sueño, niveles más bajos de somnolencia y niveles más bajos de estado de ánimo negativo. Si bien esas relaciones fueron significativas, los tamaños del efecto fueron relativamente pequeños.
Sin embargo, muchas variables no mostraron relación con la hora de inicio de clases, incluida la calidad del sueño, el cronotipo y el rendimiento académico. Para otros resultados de interés, el bienestar emocional positivo, el rendimiento académico y otros dominios del desarrollo (comportamental, físico y cognitivo), hubo muy pocos estudios para analizar.
Asimismo, debido a que había muy pocos estudios disponibles, no fue posible realizar comparaciones por género, raza/etnicidad o nivel socioeconómico. Se hicieron algunas comparaciones entre escuelas públicas y privadas, y los estudiantes de escuelas privadas con horas de inicio más tardías tendían a tener una mejor calidad de sueño y horas de despertar más tardías.
Lo que esto nos dice sobre las horas de inicio de clases
En el lado positivo, es alentador que se hayan descubierto algunos beneficios de las horas de inicio más tardías. Los defensores de comenzar la escuela más tarde darán la bienvenida a estos resultados.
Por otro lado, todavía no es posible sacar conclusiones definitivas para muchas cuestiones importantes. Además de la falta de un número suficiente de estudios, existen algunas preocupaciones metodológicas en la gran mayoría de los estudios, incluidos los de esta revisión. Si bien algunos estudios usaron medidas objetivas del sueño, la mayoría se basó en el autoinforme de los estudiantes.
Y como los autores señalan en la sección Limitaciones, no ha habido ningún estudio que controle el Efecto Hawthorne, un fenómeno que sugiere que los resultados positivos a menudo se informan cada vez que se introduce un cambio novedoso que pretende brindar un beneficio. Cuando las personas esperan que los resultados sean mejores, en otras palabras, tienden a informar que el cambio funcionó en la dirección esperada. En el dominio del sueño, más estudios con medidas objetivas probablemente disminuirían tal efecto.
Un problema más fundamental en la investigación de tiempo de inicio es que es imposible realizar estudios de ensayos controlados aleatorios (RCT) donde los estudiantes, maestros e investigadores no saben qué escuelas están en el grupo experimental o de control. Los ECA están diseñados para controlar los sesgos, incluidos los efectos de las expectativas.
A medida que se realicen más estudios para abordar las limitaciones descubiertas en esta revisión, los legisladores escolares tendrán más información sobre la cual basar sus decisiones sobre si ajustar los horarios de inicio de clases y cómo hacerlo.
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