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Katie Willard Virant

Fuente: Katie Willard Virant

Una breve descripción de la teoría del apego

Nuestras primeras experiencias con los cuidadores sirven como plantillas internas para las creencias de por vida sobre uno mismo, las relaciones y el mundo en general.

Podemos rastrear cómo manejamos actualmente el estrés y el trauma (incluido el estrés y el trauma de las enfermedades crónicas) hasta lo que aprendimos en estas relaciones.

Cuando un niño está firmemente apegado a sus cuidadores, cuando los cuidadores están presentes, dependientes y seguros, sabe que su angustia será consolada. Eventualmente, internaliza el apoyo recibido de estas relaciones tempranas, reteniendo tanto la capacidad de calmarse a sí misma como usar otras relaciones mientras regula sus emociones.

La teoría del apego postula que una conexión sana facilita la independencia. Es decir, un niño firmemente apegado a su cuidador ve a ese cuidador como una “base segura”. El niño se siente lo suficientemente seguro como para explorar el entorno, ya que sabe que puede regresar a la «base segura» siempre que necesite consuelo, conexión y reabastecimiento.

Enfermedad crónica y el proceso de apego

La enfermedad crónica aumenta el estrés tanto para el paciente como para sus allegados. La ira, el dolor, la ansiedad y la tristeza son una parte comprensible de vivir con una enfermedad crónica. ¿Cómo maneja estas emociones la persona que vive con una enfermedad crónica?

¿Trata de negarlos, creyendo que expresarlos, o incluso sentirlos, cortará su conexión con sus seres queridos? ¿Se aferra con ansiedad a las figuras de apego, expresando una angustia que nunca parece calmarse? ¿O es capaz de responder con eficacia a sus sentimientos dolorosos, obteniendo consuelo de sus conexiones y recursos internos?

Tómese un momento y piense en cómo maneja sus emociones relacionadas con la enfermedad. ¿Te permites sentirlos? ¿Los comunicas? ¿Qué respuestas recibes de tu familia y amigos que te hacen sentir más y menos cómodo?

Ahora retrocede en el tiempo. ¿Cómo era cuando era niño y experimentaba sentimientos dolorosos? ¿Qué aprendiste de tus padres de esas interacciones? Tal vez tu padre se enojó y tu madre se echó a llorar cuando sentiste emociones difíciles. Tal vez se alejaron por completo, incapaces de mostrar tus sentimientos. Tal vez podrían aceptar la tristeza pero no la ira, o viceversa.

Sea curioso mientras explora sus recuerdos, buscando hacer conexiones entre lo que aprendió cuando era niño y las formas en que actualmente responde a sus emociones.

Curación de heridas por apego

Nuestro pasado no es nuestro destino. Si creció con un apego inseguro, puede llorar lo que no tuvo y crear una nueva plantilla interna para manejar de manera más efectiva los sentimientos dolorosos que ocurren con la enfermedad crónica. La formación de esta plantilla actualizada requerirá una profunda experiencia con la celebración, la contención y la provisión de espacio (Odegard, 2005).

“Retener” es un término que describe el reconocimiento y la tolerancia de los propios sentimientos. Un niño que se cae y se raspa la rodilla corre hacia su padre, quien lo toma en sus brazos y le dice: “Oh, eso me dolió mucho”. Una mujer llama a su mejor amiga y le dice: “Este nuevo medicamento me hace sentir muy cansada”. El amigo dice: “Lo siento. Eso realmente apesta. Estos son ejemplos de celebración, ya que los sentimientos presentados se aceptan como legítimos y al servicio de la empatía.

La “contención” describe el proceso activo de transformar la angustia en una forma tolerable (Odegard, 2005). Cuando contenemos los sentimientos de alguien, absorbemos su comunicación de esos sentimientos, traducimos lo que estamos viendo y devolvemos nuestra traducción de una manera que ayuda a la persona a sentirse comprendida.

Cuando un niño está enojado a la hora de acostarse, por ejemplo, un padre contiene los sentimientos cuando dice: “Me pregunto qué te están diciendo tus sentimientos. Tal vez estés enojado porque debemos dejar de jugar y recoger los juguetes ahora mismo”. De manera similar, un hombre le dice a su cónyuge: “Noto que te pones muy ansioso cuando tienes una cita médica. Me imagino que ver al médico traería a colación muchos sentimientos por ti. ¿Quieres hablar acerca de ello?» Estos son ejemplos de contener.

Se considera que los sentimientos presentados comunican algo que se puede poner en palabras y comprender; el individuo contenedor puede ayudar al individuo a hacer que los grandes sentimientos sean más manejables.

“Proporcionar espacio” se refiere a proporcionar un espacio donde un individuo pueda explorar o jugar en sus propios términos sin juicio o interferencia de otros (Odegard, 2005). Un padre que brinda este espacio transmite que confía en que su hijo tenga sus propios sentimientos, pensamientos y experiencias. Se siente cómodo en lugar de amenazado por su autonomía y agencia.

Lecturas esenciales adjuntas

Como adultos con enfermedades crónicas, atesoramos a los amigos que no intervienen para ofrecer consejos o críticas no solicitados sobre el manejo de nuestra enfermedad. Su postura sin prejuicios transmite el mensaje de que creen en nuestra capacidad para hacer frente y que pueden escuchar nuestro dolor sin intervenir para tratar de resolverlo.

Usted puede estar pensando, “Me gustaría encontrar algo de este confinamiento, contención y espacio. ¿Dónde lo consigo?» Si no experimentó un apego seguro en la infancia, es posible que sienta un déficit en las relaciones, como si no hubiera recibido el manual del usuario. Puede obtener ese manual de usuario a través de la psicoterapia, donde se le proporcionará contención, contención y espacio.

Al tener esa poderosa experiencia, incluso como adulto, desarrollará las herramientas para entablar relaciones significativas. Estos vínculos seguros mejorarán su capacidad para hacer frente a enfermedades crónicas y responder con compasión a las emociones que suscita.