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Cuando se está llegando al periodo de vacaciones, muchas personas sufren problemas de estrés, agotamiento y también de falta de concentración, siendo unos síntomas habituales en una gran cantidad de personas.

Con la llegada del verano son muchos los compañeros del trabajo se van yendo del trabajo y también llega nuestro turno de decir adiós a las jornadas laborales para poder empezar a disfrutar de todo lo que conllevan las vacaciones, la playa, el pueblo, una ciudad o un viaje a cualquier otro lugar del planeta. Cada persona, en función de sus gustos y preferencias busca un lugar en el que dejar de lado las rutinas de trabajo para centrarse en disfrutar, un momento que todo el mundo anhela durante el año.

A pesar de ello, se debe tener en cuenta que el propio periodo de vacaciones, que en un principio debería ser un momento en el que todo el cansancio se dejase de lado, es el origen de lo que pueden ser malos momentos, sobre todo por lo que se denomina síndrome prevacacional.

Esto quiere decir que, aunque la llegada del verano pueda ser considerada en un principio agradable, la realidad es que puede llegar a ser un problema, ya que una gran cantidad de las personas sufren problemas para concentrarse en el periodo anterior al disfrute de las vacaciones. Muchos no son capaces de desconectar  de su puesto de trabajo, mientras que otros se frustran al ver las vacaciones aún muy lejanas, haciendo que no se sientan con la energía suficiente para poder hacer todo el trabajo pendiente.  Además, es habitual que aparezca un estrés por la planificación de las vacaciones.

Cómo sobrevivir hasta la llegada de las vacaciones

Tal y como informan los expertos, tres de cada diez trabajos sufren de síndrome prevacacional, un problema que puede llegar a tener una alta gravedad. Este síndrome no afecta a un tipo de trabajo determinado ni una actividad, pero sí hay una serie de factores que se dan con mayor frecuencia. Las largas jornadas de trabajo en los que los profesionales tienen muchas funciones y cargos de responsabilidad, y que hace que los trabajadores no puedan desconectar del trabajo, son los que provocan la aparición de este tipo de problema en mayor medida.

Esto se debe a que este tipo de trabajadores se encuentran muy involucrados en su entorno de trabajo y esto hace que no sean capaces de afrontar un periodo en el que se encuentran lejos de su rutina habitual. Esto provoca que estas personas no puedan permitirse desconectarse durante varias semanas de la empresa, siendo en muchos casos imprescindible sentir que se han dejado todos los cabos atados y que no va a haber ningún problema durante la ausencia vacacional, sobre todo en los puestos de responsabilidad, generando todo ello una gran sensación de angustia en los trabajadores.

Esta gran exigencia a la que se tienen que someter los trabajadores hace que incluso se oculte la presencia de algún problema de carácter emocional. El no poder desconectar del trabajo hace que esas personas se vean afectadas por situaciones en las que se genera una gran cantidad de estrés.

Cómo sobrevivir hasta la llegada de las vacaciones

Síntomas del síndrome prevacacional

El síndrome prevacacional procede del estrés laboral, y es habitual sufrirlo en los días previos al disfrute de las vacaciones, con unos síntomas habituales basados en la falta de energía, falta de concentración y una clara sensación de estrés.

En primer lugar se acostumbra a dar la falta de concentración, ya que esas personas están pensando constantemente en sus vacaciones y en el momento de irse y desconectar del mundo laboral, imaginándose cómo serán las vacaciones e incluso planificando las mismas, lo que implica que no realice su trabajo de la manera más efectiva posible.

En cuanto a la falta de energía es propia del estado de ánimo en el que se encuentran las personas cuando están llegando las vacaciones, teniendo una sensación de que no podrá aguantar más trabajando, siendo toda una cuestión mental, que ante la cercanía del periodo vacacional hace que el organismo tenga una clara sensación de que no tiene energía suficiente para trabajar, aunque en realidad sí la tenga.

Cómo sobrevivir hasta la llegada de las vacaciones

Junto a estos dos síntomas aparece el estrés, que es habitual cuando se empieza a sentir que hay demasiados asuntos que tratar, ya sean dentro del trabajo y la necesidad de dejar todo listo para el regreso de ellas como la propia planificación de las vacaciones estivales.

El estrés hace que se acabe sintiendo una frustración y otras sensaciones negativas que pueden llegar a provocar graves problemas de malestar  en las personas, llegando incluso a ver la planificación de las vacaciones como una obligación, en lugar de ser visto como un periodo para poder desconectar, disfrutar y reflexionar.

Asimismo, además de todos estos síntomas, hay otros que pueden alertar de que una persona está sufriendo de síndrome prevacacional, como son la pérdida de memoria, la irritabilidad excesiva y la falta de productividad, pero también otros síntomas en el aspecto físico, que van desde una sensación de presión, hasta dolor de estómago, pasando por taquicardias o sensación constante de tensión. Asimismo, algunas personas incluso sufren problemas de pérdida de cabello, dolores musculares o psoriasis.

Remedios para el síndrome prevacacional

Para poder hacer frente a estas situaciones se recomienda seguir unos hábitos saludables, es decir, descansando bien, hacer ejercicio y alimentarse de forma saludable, además de tratar de desconectar de forma progresiva según se acerquen las vacaciones, siendo aconsejable ir buscando actividades de ocio que contribuyan a conseguir una mayor relajación.

En este sentido es fundamental disfrutar del tiempo de ocio, y en el caso de la planificación de las vacaciones, lo más recomendable es dejar destinado un momento del día para ello fuera de la jornada laboral, evitando buscar ofertas de hoteles, vuelos y demás mientras estás descansando en el puesto de trabajo y mucho menos en mitad de tu jornada de trabajo.

Además, también hay que ser realistas a la hora de asumir tareas en los días previos a irse de vacaciones, siendo capaces de delegar en otros y evitar sobrecargarse.

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