Muchas personas solo han escuchado el término «comunicación colaborativa» utilizado en el contexto de la cultura empresarial y el trabajo en equipo. Básicamente se define como un método de intercambio de información que ayuda a las personas a trabajar hacia un objetivo común. Sin embargo, no son sólo las empresas las que cosechan los frutos de este tipo de relación.
Los estudios han demostrado que las parejas que practicaron la comunicación colaborativa experimentaron una mayor satisfacción general en la relación. Cuando te adentras en los pasos de la comunicación colaborativa, queda claro cómo puede ser una herramienta poderosa para mejorar las relaciones interpersonales. Aquí, analizo lo que implica y por qué marca una diferencia tan grande en la calidad de una relación.
¿Qué es la comunicación colaborativa?
La comunicación colaborativa no se refiere únicamente a las palabras que salen de nuestra boca. Más bien, abarca todas las formas complejas en que nos comunicamos a través del tono, la expresión, las señales corporales, etc. La mayoría de nosotros ni siquiera somos conscientes de todos los mensajes que enviamos tanto a nivel verbal como no verbal. Muchos conflictos entre parejas surgen por malas lecturas, malentendidos y lapsos en nuestra comunicación.
Para que dos personas con dos mentes completamente diferentes y dos historias personales complejas vivan en armonía, es necesario que haya cierto equilibrio y comprensión. La comunicación colaborativa ofrece un camino para lograr precisamente eso al ayudar a las personas a ser más conscientes de todas las formas en que se comunican y guiarlas a hacer un esfuerzo para alinearse con la otra persona a fin de lograr un entendimiento compartido.
¿Cómo podemos cultivar la comunicación colaborativa en nuestras relaciones más cercanas?
Comunicarse en colaboración significa tomar acciones que atraigan a nuestra pareja y tratar de entender una interacción desde su perspectiva. Nuestro objetivo es alinear nuestro estado con el de ellos, para obtener una imagen más completa de su experiencia separada de la nuestra. Cuando hacemos esto, a menudo tenemos que luchar contra nuestros propios impulsos para salir de un lugar más reactivo, defensivo o combativo en nosotros mismos.
La comunicación colaborativa exitosa se enfoca aún más en cómo podemos expresar nuestra propia perspectiva de una manera en la que es más probable que nuestro socio nos escuche. Mejorar nuestra capacidad de comunicarnos con más vulnerabilidad, apertura y empatía crea más confianza en la relación. Las parejas pueden formar conexiones mucho más fuertes donde cada persona se siente conocida y comprendida por la otra.
Las técnicas específicas que podemos trabajar para lograr este tipo de comunicación con un compañero incluyen:
1. Convertirse en un oyente mejor, más sintonizado y menos defensivo
Para estar en el mismo equipo, tenemos que trabajar en nuestras habilidades de escucha. Sintonizar con nuestro socio y alinear nuestro estado con el de ellos es crucial. Podemos hacer esto escuchándolos realmente sin interrumpir o discutir con su perspectiva. Esto no significa que tengamos que estar de acuerdo con todo lo que dicen, pero nuestro objetivo en este momento es entender de dónde vienen lo mejor que podamos, ponernos en su lugar y empatizar con su experiencia única. Esto es parte de la creación de un entendimiento compartido.
2. Separar nuestro pasado del presente
Para hacer una pausa en nuestras reacciones inmediatas, especialmente aquellas que son exageradamente emocionales o defensivas, tenemos que reflexionar un poco sobre por qué ciertas interacciones nos provocan. A algunos de nosotros nos molesta la expresión exasperada o el tono instructivo de un compañero. Otros se sienten provocados al escuchar una serie de quejas o recibir algún tipo de retroalimentación.
Comprender que tanto lo que escuchamos como la forma en que reaccionamos durante un conflicto está influenciado por la lente de nuestro pasado nos ayuda a reconocer que aquello a lo que reaccionamos en tiempo real no siempre es el único culpable de los grandes sentimientos que se despiertan en nuestro interior. . Cuanto más conozcamos y reconozcamos nuestros factores desencadenantes, más podremos resistirnos a ser víctimas de ellos. En lugar de seguir ciegamente nuestras reacciones inflamadas, podemos ser conscientes y elegir cómo queremos responder a nuestra pareja.
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3. Expresarnos de maneras que permitan a nuestra pareja conocernos y sentirnos
Nuestra tendencia a sentir que necesitamos protegernos a menudo nos hace usar un lenguaje más defensivo o combativo. En su lugar, debemos concentrarnos en expresar cómo pensamos y sentimos de una manera que no culpe a la otra persona, sino que la invite a conocer y sentir por nosotros. Por ejemplo, en lugar de decir “Nunca me escuchas. Solo te importa lo que quieres”, podrías decir “Me siento herido cuando no me siento escuchado. Realmente aprecio cuando te tomas el tiempo para escucharme y tomar en cuenta mis sentimientos”.
4. Reparar después de interrupciones en la comunicación
Seamos realistas, todos cometemos errores y estamos obligados a tener momentos en los que no estamos en nuestro mejor momento (por decir lo menos) con las personas que más nos importan. Lo mejor que podemos hacer para volver al mismo equipo es reparar. Reconozca lo que sucedió, acepte la responsabilidad de su participación en ello y trate de encontrar una forma más equilibrada de comunicar sus pensamientos, sentimientos, deseos o necesidades. También es fundamental escuchar la experiencia de ruptura de nuestra pareja. Hacer espacio para que expresen su perspectiva les ayuda a sentirse escuchados y permite la curación.
5. Comunicar comentarios de manera que conduzcan a la cercanía en lugar de a la distancia.
Naturalmente, nuestra pareja no va a ser perfecta, y el objetivo de la comunicación colaborativa no es asumir todo como culpa o responsabilidad nuestra. No pretendemos pasar por alto las formas en que podemos sentirnos heridos por nuestra pareja, sino más bien que cada uno de nosotros tome un turno y se exprese plenamente y se sienta escuchado, visto y sintonizado.
Lo principal que debemos recordar es calmarnos dentro de nosotros mismos antes de hablar y no entrar en la conversación en modo de ataque. Debemos hacer todo lo posible para ser abiertos y vulnerables y expresar nuestra perspectiva. Entonces deberíamos cultivar una mentalidad curiosa mientras nuestro compañero comparte su perspectiva. Mientras hacemos esto, es útil recordarnos que cada uno de nosotros tiene una mente soberana que puede experimentar la misma situación de manera diferente, pero eso no hace que uno u otro estén equivocados.
6. Encontrar vías para calmarse y comunicarse de manera más efectiva
Nuestra comunicación siempre (y prácticamente solo) será más fluida cuando aprendamos herramientas para calmarnos dentro de nosotros mismos. En esos momentos en que nos sentimos desencadenados, es más probable que reaccionemos de una manera de la que luego nos arrepintamos o que simplemente no hace justicia a lo que realmente pensamos y sentimos.
Calmarnos puede significar tomarnos cinco minutos para separarnos y estar solos, probar una meditación o un ejercicio de respiración, salir a caminar o pasar tiempo al aire libre. Encontrar las herramientas que nos funcionen para calmarnos antes de acercarnos a nuestra pareja es un esfuerzo que beneficia a todos.
El objetivo de cada uno de estos enfoques es desarrollar un entendimiento compartido con nuestra pareja que nos mantenga sintiéndonos cerca y en el mismo equipo. Cuanto más podamos comprender y empatizar con la perspectiva de una pareja y compartir nuestros propios pensamientos y sentimientos con honestidad y vulnerabilidad, más podremos conocer y ser conocidos por nuestra pareja. Esto le da más autenticidad a la relación y crea una base más sólida para enfrentar cualquier dificultad que se nos presente.
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