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Las emociones se pueden clasificar en primarias y complejas. Hay al menos ocho emociones primarias o básicas (interés, alegría, angustia, ira, miedo, ansiedad, sorpresa y disgusto) asociadas con una sola expresión facial. Las emociones primarias son universales e innatas.

La sonrisa se reconoce en todas las culturas como un signo de alegría y acogida social, mientras que el llanto se entiende como un signo de tristeza. Las emociones complejas incluyen celos, culpa, vergüenza, simpatía, orgullo, gratitud y desprecio. Las emociones complejas tienen contenido cognitivo. Por ejemplo, la emoción de la envidia se desencadena al pensar en las posesiones de otras personas. La vergüenza es una emoción dolorosa que responde a un sentimiento de fracaso para alcanzar un estado ideal.

En las emociones encontradas, una persona puede sentirse triste y feliz al mismo tiempo. Estos sentimientos tienden a ser contradictorios. Por ejemplo, en la película «La vie est belle», un padre intenta mantener alta la moral de su hijo mientras está en un campo de concentración. Las investigaciones han demostrado que los espectadores experimentan sentimientos encontrados de felicidad y tristeza.

La tristeza que sigue a la muerte de una madre a menudo se asocia con la culpa de haber fallado en el pasado para ser lo suficientemente amorosa con el padre mientras ella estaba viva. La nostalgia es una mezcla del placer del recuerdo de algo vivido y el dolor causado por este hecho que se ha desvanecido para siempre. Los estudiantes que se gradúan de la universidad tienden a sentirse felices y tristes.

Históricamente, los filósofos han asumido que las emociones mixtas se derivan de las emociones primarias. El psicólogo Robert Plutchik explica esta idea haciendo una analogía entre la percepción del color y las emociones. Los colores primarios de los pigmentos son rojo, azul y amarillo. Los colores secundarios son el violeta, el naranja y el verde, que se obtienen mezclando dos colores primarios. La combinación de estos pocos colores a diferentes intensidades produce millones de colores. Ni los colores ni las emociones son categorías claras con límites claros. Al mezclar dos o más emociones (por ejemplo, felicidad, tristeza, miedo o disgusto) en diferentes niveles de intensidad, es posible crear cientos de términos que representan el lenguaje de las emociones.

Por ejemplo, la mezcla de alegría y aceptación produce la mezcla de emociones del amor. La mezcla de disgusto e ira produce un estado emocional mixto de desprecio u odio. El miedo y la ira despiertan celos. Los celos surgen de nuestra sospecha de que una tercera persona podría llevarnos a una relación con alguien a quien amamos. La combinación de miedo e ira también produce una sensación de urgencia por el cierre, como la preferencia por una acción temprana después del 11 de septiembre de 2001.

¿Qué emociones influirán en el comportamiento? La emoción más fuerte tiene prioridad de acción. Por ejemplo, considere las emociones encontradas durante un divorcio. Las reacciones de los maridos suelen estar dominadas por la ira. Un objetivo terapéutico en estas situaciones es ayudarlos a reconocer que algunas de sus emociones negativas pueden provenir de la tristeza, los sentimientos heridos y el miedo.

Algunas personas piensan que deben tener un solo sentimiento hacia alguien: amar o no amar. Pero muy pocas personas son tan sencillas que solo tienen sentimientos positivos o negativos. Aceptar sentimientos contradictorios es muy importante porque indica que está utilizando más información. Por ejemplo, cuando te enfocas en la sabiduría de tu pareja, te agrada mucho, pero cuando piensas en la vergüenza que trae, la odias. Con este tipo de actitud, las evaluaciones profundas positivas y negativas se dirigen hacia diferentes aspectos de la persona. Los cambios en nuestra atención o pensamiento conducen a cambios en las actitudes emocionales. Las emociones mezcladas reflejan lo maduros e inteligentes que somos y reconocen los aspectos contradictorios del ser humano.

Las emociones encontradas a menudo pueden ser una estrategia importante para lidiar con eventos negativos de la vida, como lidiar con una pérdida. De hecho, las investigaciones sugieren que existe un vínculo entre las emociones encontradas y la salud física. La capacidad de sentir emociones negativas junto con emociones positivas permite a las personas encontrar algo positivo en situaciones estresantes. Por ejemplo, durante la pérdida de un ser querido, permitir que los recuerdos positivos se experimenten junto con la tristeza podría conducir a una forma más saludable de duelo. En otras palabras, “tomar lo bueno con lo malo” puede ser la clave para una mejor adaptación y resiliencia.

Imagen de Facebook: fizkes / Shutterstock