Seleccionar página

Cuando se trata de comportamiento sexual, la gente a menudo quiere saber qué es «normal». Parece haber una tendencia natural a querer comparar la propia experiencia sexual con la experiencia sexual promedio, quizás con el propósito de evaluar el desempeño.

Comprender lo que sucede fisiológicamente durante una experiencia sexual determinada puede mejorar o no la experiencia sexual; pero una cosa es cierta, no es fácil entender qué es «normal» en lo que respecta a la respuesta sexual.

Como sucede con muchas cosas sexuales, no hay nada normal. Para citar a Kinsey:

«El único acto sexual antinatural es el que no puedes realizar».

Muchos están familiarizados con el ciclo de respuesta sexual de Masters & Johnson. Este fue el Ciclo de Respuesta Sexual original, publicado en 1966, basado en observaciones de la capacidad de respuesta sexual durante el sexo en pareja y en solitario. Este modelo de respuesta sexual sigue siendo el modelo más enseñado, a pesar de sus inicios a mediados de la década de 1960.

Masters & Johnson descubrió que la respuesta sexual se dividía en cuatro fases: excitación, meseta, orgasmo y resolución. Estas cuatro fases se desarrollaron de forma lineal, una tras otra. El ciclo de respuesta sexual no estaba completo sin que ocurrieran los cuatro (pero las mujeres tenían la capacidad de tener orgasmos múltiples, retrasando la resolución hasta que todos los orgasmos terminaron).

A pesar de su amplio uso (incluso actual), se han identificado algunos problemas con este modelo de respuesta sexual. El modelo es completamente lineal, con un componente que aparece antes que el siguiente, en el mismo orden. ¡Es problemático porque simplemente no trabajamos de esa manera! El modelo ignora por completo el deseo sexual y requiere que haya ocurrido un orgasmo durante la respuesta sexual (una expectativa muy poco realista). Finalmente, el modelo es completamente fisiológico sin mencionar factores de relación, actitudes culturales o cualquier otro contribuyente externo que pueda ser crucial al examinar la respuesta sexual.

En respuesta a estas críticas, otros investigadores han dado un paso al frente para tratar de explicar la respuesta sexual humana. Primero, Kaplan propuso el concepto trifásico en 1979 creando un modelo que incluía deseo, excitación y orgasmo. Sin embargo, seguía siendo lineal, todavía requería orgasmo y planteaba la cuestión de si el deseo realmente venía antes que la excitación. Luego, en 1997, Whipple & Brash-McGreer crearon el patrón circular que era específico para las mujeres. Este ciclo ha reconocido que el placer y la satisfacción durante una experiencia sexual pueden alimentar el inicio de la siguiente experiencia sexual. Si el placer y la satisfacción no fueran satisfechos, disminuiría el deseo de interacciones sexuales posteriores.

Si bien el modelo circular es un enfoque interesante, hay un modelo más reciente en el que yo y muchos otros investigadores y terapeutas sexuales confiamos para explicar cómo funciona la respuesta sexual. Este modelo fue propuesto por Basson en 2000 como un modelo no lineal de respuesta sexual. Generalmente se usa para explicar la respuesta sexual de las mujeres, pero creo que resulta igualmente útil cuando se mira la respuesta sexual de los hombres. Después de todo, con demasiada frecuencia pensamos que los hombres son demasiado simplistas en lo que respecta al sexo.

El modelo de respuesta sexual no lineal de Basson incorpora la necesidad de intimidad, reconoce que el deseo puede ser reactivo o espontáneo y puede ocurrir antes o después de la excitación, reconoce que los orgasmos pueden contribuir a la satisfacción pero no son necesarios para la satisfacción, y tiene en cuenta los factores de relación que pueden afectar el ciclo como costos o recompensas.

La incapacidad de definir verdaderamente «normal» es uno de mis aspectos favoritos del modelo Fagot. Las mujeres (y los hombres) pueden experimentar una respuesta sexual de diversas formas. Algunas partes del patrón son lineales (por ejemplo, la excitación y la estimulación ocurren antes de la experiencia de satisfacción), pero otras partes son circulares y bidireccionales (por ejemplo, el deseo sexual puede ocurrir antes o después de la excitación y los dos pueden alimentarse entre sí).

Tres conclusiones principales que podemos extraer del estudio de los ciclos de respuesta sexual:

  • El placer y la satisfacción sexuales no dependen del orgasmo, aunque el orgasmo ciertamente puede ser una buena ventaja.
  • El deseo sexual no siempre tiene que preceder a la actividad sexual o la excitación … A veces, ponerse físico y sentirse excitado despertará el deseo.
  • Los factores externos como la dinámica de la relación, la intimidad y la ponderación de las recompensas y los costos de la experiencia sexual pueden jugar un papel importante en la respuesta sexual.
  • Trate de no concentrarse en lo «normal». En cambio, concéntrese en usted y en la respuesta sexual de su pareja, y comunique sus necesidades tanto dentro como fuera del dormitorio.

    Uso de cookies

    Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información

    ACEPTAR
    Aviso de cookies