Si la fuerza de voluntad es un recurso limitado, ¿cómo se obtiene más? ¡Puede ser tan simple como estar agradecido! Hay muchos estudios que relacionan la gratitud con mejoras en el estado de ánimo, pero algunas investigaciones recientes muestran que la gratitud también puede aumentar el autocontrol.
Ponerse a dieta requiere fuerza de voluntad. No importa si es low carb, keto, puntos o lo que sea. Tienes que resistirte a los alimentos tentadores que no están en tu dieta. Renunciará al placer inmediato de comer para poder perder peso en el futuro. Puede esperar que la pérdida de peso mejore su salud y apariencia, pero estos beneficios anticipados llegarán algún tiempo después. El placer de comer es ahora mismo, por lo que deberá retrasar la gratificación si quiere tener éxito en la dieta.
Si ha estado a dieta, puede recordar momentos en los que tuvo la fuerza de voluntad para retrasar la gratificación y resistir el impulso de comer. Otras veces tu determinación se desvanecía y, a pesar de tus buenas intenciones, te rendías y comías. La investigación sugiere que la fuerza de voluntad no es una cualidad moral o un rasgo de personalidad fijo, sino un recurso limitado.
Si ha estado trabajando todo el día o simplemente haciendo tareas domésticas desagradables, ha tenido que concentrar su energía en la tarea en cuestión, aunque preferiría estar haciendo otra cosa. Has estado “agotando” tu fuerza de voluntad. Más tarde, cuando hay comida apetecible cerca, tu fuerza de voluntad se agota, así que sigues adelante y te la comes.
La fuerza de voluntad se basa en el pensamiento racional y lógico: «No debería comer un segundo trozo de pastel o subiré de peso», pero si ha agotado su reserva de fuerza de voluntad, no funcionará. En lugar de depender de la lógica, las emociones positivas, especialmente la gratitud, pueden ser más útiles. El psicólogo David DeSteno estudió los efectos de la gratitud en la capacidad de retrasar la gratificación. Sugirió: «… sentirse agradecido puede darle a nuestra mente el impulso que necesita para resistir las tentaciones que pueden dañar nuestra salud». En lugar de esforzarte por aumentar tu fuerza de voluntad, podrías experimentar la gratitud.
Una forma sencilla de fomentar la gratitud es llevar un diario. Cada dos días, detente y piensa en tres cosas por las que estás agradecido y escríbelas. Para evitar repetir pensamientos sobre eventos importantes (p. ej., mis padres pagaron mi matrícula universitaria), trate de recordar pequeños actos de amabilidad recientes; alguien le abrió la puerta cuando tenía las manos ocupadas, su cónyuge preparó café esta mañana, un vecino se ofreció a recoger su correo mientras usted no estaba, etc.
Centrarse en la gratitud por sí solo probablemente no producirá una pérdida de peso significativa, pero practicar la gratitud podría ser una forma indolora de resistir la tentación de comer en exceso.
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