Es esa época del año otra vez. Y con eso no me refiero a rituales festivos alegres ni a ocasiones significativas con familiares y amigos. En esta temporada de celebración, a menudo veo a personas que luchan con una dosis extra de ansiedad.
La peor parte es que muchos se preocupan por la ansiedad en sí misma, como si de alguna manera fueran anormales por sentirse tensos durante “la mejor época del año”. Las personas piensan que su ansiedad indica que algo anda mal con ellos.
Entonces, aunque no está envuelto para regalo, déjame darte un regalo de vacaciones. Tiene la forma de una verdad psicológica básica: es perfectamente comprensible y está bien estar muy ansioso durante las vacaciones. Por esa razón, si se siente ansioso en esta temporada navideña, lo primero y más importante que debe hacer es dejar de juzgarse por sentirse ansioso. De hecho, celebre que su cuerpo tiene un sistema de lucha o huida que puede protegerlo del daño, mantenerlo alerta y atento, y avisarle cuando las cosas van mal.
En este sentido, la ansiedad siempre ocurre por una razón. Piense en ello como su “sistema de alerta temprana” personal.
Con esto en mente, podemos entender por qué las vacaciones son un momento propicio para sentir ansiedad. Hay muchas razones por las que su sistema de advertencia se activa durante las vacaciones. Éstos son sólo algunos.
Baja las expectativas.
Primero, las personas a menudo sienten más presión para hacer que estos tiempos sean «los mejores de todos» y perfectos en todos los sentidos. Las altas expectativas son un contexto perfecto para la decepción, y la ansiedad es una respuesta natural cuando las cosas no salen como esperábamos.
Escuche sus sentimientos.
Segundo, ¿tiene al menos un pariente tóxico cuyos comentarios insidiosamente negativos lo ponen ansioso? En lugar de ignorar tus sentimientos, escucha mientras tu ansiedad te dice que puede ser hora de una nueva forma de tratar con esa persona. Programe una reunión para decirles cómo se siente, o trabaje en el desarrollo de un plan de juego para evitar largas conversaciones con este familiar problemático.
Tenga un plan de juego.
En tercer lugar, tiene mucho sentido que las personas se sientan estresadas y ansiosas cuando viajan, especialmente cuando se interrumpen los planes. Algunos tienen miedo de volar en general y otros se sienten incómodos en grandes multitudes. Pero los recursos de todos se agotan un poco cuando viajamos, ya que a menudo dormimos menos, nos saltamos comidas y ejercicios, y nos atrasamos en el trabajo. En lugar de evitar los viajes por completo o el «nudillo blanco» en su camino a través de los aeropuertos, deje que su ansiedad sirva como un recordatorio de cuidado personal. Viajar será difícil, así que regálate una estrategia con anticipación para hacer que el viaje sea mejor. La meditación, la respiración profunda, incluso escribir un guión de diálogo interno de antemano para consultar en pleno vuelo pueden ser útiles.
Hay muchas más razones por las que las vacaciones son un momento de gran ansiedad, pero volvamos al punto principal: en lugar de algo que borrar o disipar mágicamente de alguna manera, trate su ansiedad como un recordatorio de que necesita practicar mejor. cuidar de sí mismo y encontrar tiempo para reequilibrarse. Reduzca otros factores estresantes o aumente sus recursos.
Con ese fin, si tengo un consejo para ofrecer a las personas que luchan contra el estrés o la ansiedad (o la depresión, ¡o casi cualquier problema de salud mental!) durante las vacaciones, es aumentar y mejorar el sueño.
Recuerda Descansar.
Digo eso porque hay razones fisiológicas directas. El sueño ayuda a nuestros cerebros y cuerpos a descansar, rejuvenecer y reconstruirse después de enfrentar los factores estresantes de cada día. Es, literalmente, una forma sencilla de agregar a sus recursos de manera significativa. No bromeo, he visto a pacientes pasar de una ansiedad severa a una ansiedad leve después de solo dos buenas noches de sueño.
¿Por qué el sueño es tan poderoso? He aquí una buena idea: el sueño nos ayuda a aceptar que no todo está bajo nuestro control.
Al acostarnos y detenernos para trabajar hasta un tercio de cada día de 24 horas, inculcamos la perspectiva de que solo podemos hacer mucho. Esta humilde perspectiva es un recurso extremadamente útil, al que podemos recurrir para enfrentar los factores estresantes del día a día. ¿No nos sentiríamos todos ansiosos si aceptáramos que hay límites en lo que podemos hacer cada día?
Especialmente durante las vacaciones, trate de programar al menos siete horas de sueño por día. Si no puede llegar a la hora de acostarse debido a un viaje, o si tiene que levantarse muy temprano, asegúrese de recuperar el sueño dentro de uno o dos días.
Conéctese con un ser querido.
Si tengo un consejo más para prosperar con la ansiedad en esta temporada navideña, es tratar de conectarse con al menos otra persona. Nuestros cuerpos están construidos de tal manera que la ansiedad se disipa cuando compartimos nuestros sentimientos internos con alguien en quien confiamos.
Los mecanismos aquí son en realidad los mismos que los del sueño. Puede que no nos demos cuenta todo el tiempo, pero admitámoslo, todos somos vulnerables y forjar relaciones cercanas nos hace aún más dependientes. ¡Eso no es algo malo! Por el contrario: cuando aceptamos con humildad nuestra necesidad de confiar en los demás, podemos prosperar con la perspectiva de que no necesitamos pretender ser súper fuertes y tener el control todo el tiempo.
Por esta razón, es fundamental garantizar que tengamos un lugar seguro para ser nosotros mismos. Si tiene una relación así, con una pareja romántica o un amigo, considérese bendecido, y cuando esté ansioso, asegúrese de comunicarse con esa persona. Si no, busque un terapeuta para crear esas conexiones de vital importancia con los demás.
En resumen, si está ansioso en esta temporada navideña, está en muy buena compañía. Sin embargo, con un poco de autocuidado, algo de apoyo de los demás y la aceptación de que todos somos humanos, podemos aprovechar la ansiedad para prosperar.
¡Felices vacaciones!
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