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Este verano, una importante revista de salud ocupacional publicó un informe sobre un problema emergente entre los trabajadores de oficina. Esta condición relativamente nueva lleva el nombre que suena inquietante, «Lipoatrophia semicircularis». En comparación, el síndrome del túnel carpiano proviene de la lengua al tropezar. Lipoatrophia semicurcularis (llamémosla simplemente LS) simplemente significa una línea semicircular de desgaste o atrofia que involucra grasa depositada cerca de la superficie del cuerpo. Aparece como una depresión arqueada y estrecha en la piel, que generalmente se manifiesta en la parte frontal de los muslos (aunque también puede ocurrir en los brazos). Esta condición inusual se informó por primera vez en la literatura médica hace unas décadas y parece ser extremadamente rara. Rara, es decir, en otros lugares que en ciertas poblaciones de trabajadores de oficina modernos.

El brote de LS documentado en la edición de julio del Journal of Occupational and Environmental Medicine (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20595911) es uno de los mejor estudiados hasta la fecha. Involucró a más de 400 trabajadores de oficina en Barcelona y alrededores, España. Más de la mitad de los estudiados procedían de un solo sitio donde poco más de uno de cada cuatro trabajadores había contraído LS, aunque incluso en los otros sitios estudiados, la tasa de ataque general fue en promedio de 1 en 10. Estos trabajadores de cuello blanco tenían mucho en común. Más del 80% eran mujeres, pero las condiciones de trabajo compartidas eran aún más impresionantes. Todos los empleados trabajaban en escritorios de metal con tapas de resina fenólica y bordes estrechos. Además, todas estas estaciones de trabajo tenían una altura similar, estaban cubiertas con computadoras y otros equipos electrónicos estándar, tenían un control estático mínimo o nulo y estaban ubicadas en oficinas con humedad relativamente baja. El aspecto más interesante de este informe es el programa de intervenciones de baja tecnología que describe, tales como: cables de puesta a tierra específicos para mesas de trabajo, esteras conductoras, mesa de protectores de bordes y mejor humidificación. Como resultado de estos cambios, la mayoría de los casos de LS se resolvieron por completo.

No existe un mecanismo probado para LS. El éxito de la intervención en Barcelona aboga por una hipótesis ampliamente apoyada: que la estimulación eléctrica de las células grasas conduce a la atrofia. Parece que el borde sin aislamiento de un escritorio sin conexión a tierra cargado con equipos eléctricos puede ser un dispositivo eficaz para entregar una carga eléctrica de baja calidad. Un contraargumento fue que LS era simplemente una manifestación de la presión directa de las superficies de las mesas o quizás ropa muy ajustada. Esta explicación no parece explicar el fenómeno de epidemias relativamente grandes. La serie LS más grande (declarada fuera de Bélgica) involucró a más de mil personas. Ningún caso profesional reportado hasta la fecha sugiere que esta condición, a pesar de su inconveniente cosmético, esté progresando hacia algo más siniestro o amenazante para la salud.

Un aspecto curioso de este nuevo fenómeno es su reagrupación geográfica en Europa Occidental. Los informes de casos publicados en los Estados Unidos, a veces utilizando la forma en inglés “Semicircular lipoatrophy”, son raros y tienen presentaciones esporádicas de la enfermedad no relacionadas con el trabajo que pueden ocurrir en asociación con ciertas enfermedades subyacentes. Quizás nuestras oficinas estén mejor ancladas que en Fortress Europe. O tal vez es solo que nadie notó la conexión aquí.

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