La espiritualidad y la medicina tienen una historia larga y entrelazada. El surgimiento mismo de los hospitales en Occidente surgió en parte de la hospitalidad y el cuidado brindado por los monasterios. Desde entonces, muchos hospitales han sido fundados por instituciones religiosas, y gran parte de la atención médica en todo el mundo todavía es proporcionada por hospitales religiosos y esfuerzos de misiones médicas. La vida religiosa y espiritual y la comunidad proporcionan un importante recurso de salud para muchas personas en todo el mundo. Y las decisiones médicas de muchas personas están determinadas por sus creencias espirituales y religiosas.
Y, sin embargo, durante el siglo pasado, también hemos visto una división cada vez mayor entre la medicina y la espiritualidad. Ciertos aspectos de la atención médica se han centrado más en la tecnología y la enfermedad que en la persona. En muchos entornos clínicos, la atención espiritual se brinda con muy poca frecuencia, incluso en contextos al final de la vida. La mayoría de los médicos informan que no han recibido capacitación para brindar atención espiritual. La situación actual en Occidente es muy diferente de lo que ha sido en gran parte del pasado.
Durante los últimos tres años, varios de nosotros en el Programa de Florecimiento Humano de Harvard, junto con colegas de la Iniciativa sobre Salud, Religión y Espiritualidad, y otros lugares, hemos llevado a cabo una extensa revisión sistemática de la literatura sobre la espiritualidad en la salud y la enfermedad. . Este trabajo se publicó recientemente en el Journal of the American Medical Association y esperamos que pueda ayudar a reintegrar la espiritualidad y la medicina.
Nuestra revisión sistemática
Nuestra revisión sistemática intentó examinar toda la literatura sobre espiritualidad y enfermedades graves, y sobre espiritualidad y resultados de salud, desde enero de 2000 hasta abril de 2022. En total, se revisaron 8946 resúmenes sobre enfermedades graves y 6485 sobre resultados de salud. Se utilizaron criterios estrictos para la inclusión del estudio a fin de centrarse en la evidencia más rigurosa, incluidos tamaños de muestra grandes, medidas validadas y, para los resultados de salud, un diseño longitudinal.
La literatura se resumió y sintetizó en una serie de posibles declaraciones de evidencia diferentes. Luego formamos un panel diverso de 27 expertos para revisar los estudios y resúmenes individuales, para evaluar la solidez de la evidencia de los diversos resúmenes y declaraciones, y para proponer, y luego evaluar cuantitativamente el respaldo de varias posibles implicaciones de la investigación y evidencia.
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Fuente: fantom_md/AdobeStock
Resultados y Evidencia
Con base en la extensa revisión de la literatura y en la evaluación de la evidencia, el panel de consenso de expertos concluyó que, para enfermedades graves, había un fuerte respaldo empírico para varios hallazgos:
El panel concluyó además que, para los resultados de salud, había pruebas sólidas de que la asistencia a servicios religiosos se asociaba con un menor riesgo de mortalidad; menos consumo de tabaco, alcohol y drogas; mejor salud mental; mejor calidad de vida; menos síntomas depresivos posteriores; y conductas suicidas menos frecuentes.
Para las asociaciones entre la asistencia al servicio religioso y la salud, los metanálisis de estudios longitudinales indicaron que aquellos que asistían con frecuencia a los servicios religiosos tenían un 27 % menos de riesgo de morir en el seguimiento y un 33 % menos de probabilidades de deprimirse posteriormente. La espiritualidad o comunidad espiritual apareció así como importante tanto en la enfermedad como en la salud.
Implicaciones prácticas
El panel de consenso de expertos también propuso y evaluó el respaldo empírico de varias posibles implicaciones de la investigación. Las tres recomendaciones mejor clasificadas para enfermedades graves fueron:
Las tres recomendaciones mejor calificadas para los resultados de salud fueron:
En un nivel práctico, los médicos podrían tomar una breve historia espiritual con preguntas como: «¿Es la espiritualidad o la fe importante para usted al pensar en su salud y enfermedad?» y “¿Tiene, o le gustaría tener, alguien con quien hablar sobre asuntos espirituales o de fe?” Estas preguntas se pueden hacer incluso si los pacientes y los médicos no comparten el mismo conjunto de creencias religiosas, y se pueden hacer derivaciones según corresponda. La inclusión más frecuente de capellanes en los equipos de atención médica facilitaría dichas referencias y ayudaría a satisfacer las necesidades y los deseos de los pacientes de que se aborden estos asuntos.
Si bien el documento actual se centró en las implicaciones para la atención clínica, también hemos discutido en otro lugar las posibles implicaciones para la salud de la población de dicha investigación. El estímulo para participar en la comunidad, religiosa o de otro tipo, podría resultar una forma poderosa de mejorar la salud de la población. Tal estímulo también podría ayudar a reconstruir la comunidad a raíz de la pandemia.
Incluso en contextos clínicos, se podría alentar la participación comunitaria religiosa/espiritual para aquellos que ya se identifican positivamente con una tradición religiosa en particular, y se podría alentar la participación en otras formas de comunidad para aquellos sin afiliaciones ni creencias religiosas. Para aquellos que han tenido experiencias negativas en el pasado en comunidades religiosas, se pueden hacer referencias a especialistas apropiados que puedan brindar atención y apoyo. Tomar una historia espiritual puede ayudar a descubrir estas experiencias. Estos sencillos pasos prácticos pueden ayudar a reintegrar la espiritualidad y la medicina.
Reintegrando la Espiritualidad y la Medicina
Muchos, si no la mayoría de los pacientes, quieren atención espiritual cuando se enfrentan a una enfermedad grave. La comunidad espiritual en sí misma puede ser un camino importante para promover la salud. La medicina y la espiritualidad no necesitan mantenerse separadas. Los pasos prácticos de tomar historias espirituales, brindar capacitación en atención espiritual y aumentar la conciencia de la comunidad como un activo de salud podrían ayudar a lograr una reintegración de la espiritualidad y la medicina.
Dado que el cuidado espiritual se desea y es un recurso importante, el verdadero cuidado centrado en la persona requiere atención a estos asuntos. La verdadera atención centrada en la persona requiere la reintegración de la espiritualidad y la medicina.
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