Aquellos de nosotros que creemos en el poder del coaching, a veces tenemos dificultades para explicar por qué exactamente el coaching es útil. Ya seamos el entrenador o el coachee, tendemos a basarnos en historias únicas de éxito para explicar su utilidad. Esto no es suficiente. Aquellos interesados en entrenar, ser entrenados o implementar programas de entrenamiento en toda la organización deben poder explicar qué está cambiando exactamente en la mente y el corazón de los entrenadores a medida que pasan tiempo interactuando con los entrenadores.
La investigación finalmente ha comenzado a aclarar esta conexión. A través de varios estudios recientes, los hallazgos sugieren que el coaching facilita lo que se llama «capital psicológico» (PsyCap para abreviar). A continuación, describo las cuatro dimensiones de PsyCap y explico por qué el coaching tiene la capacidad de facilitar este estado de desarrollo positivo.
Autoeficacia
La primera dimensión de PsyCap es la autoeficacia, que es la creencia y la confianza en las propias capacidades. La autoeficacia aumenta cuando las personas establecen metas, así como cuando reflexionan sobre experiencias exitosas. De hecho, una parte clave del proceso de coaching implica el desarrollo de metas con los coachees, haciéndolos responsables de la consecución de las metas y reflexionando y celebrando los éxitos derivados del logro de las metas.
Esperanza
La segunda dimensión es la esperanza, un estado motivacional caracterizado por un sentido de agencia hacia el logro de metas. La esperanza se manifiesta como dos componentes interrelacionados: tener un sentido de agencia y una comprensión de cómo promulgar el cambio. Los entrenadores ayudan en ambos aspectos. Los entrenadores alientan y promueven el pensamiento centrado en la solución, ayudando a los coachees a enfocarse en lo que es factible y cómo abordar e implementar el cambio. Los coaches también son responsables de garantizar que los coachees participen en la autorreflexión y, al hacerlo, aseguran que los coachees mantengan un sentido de determinación al enfocarse en posibles caminos hacia el éxito.
Optimismo
La tercera dimensión es el optimismo, que conlleva una atribución positiva sobre el futuro. Como afirman los investigadores de PsyCap Youssef y Luthans, el optimismo implica tener «indulgencia por el pasado, aprecio por el presente y búsqueda de oportunidades para el futuro». La investigación sugiere que los entrenadores desbloquean esta mentalidad mientras trabajan con sus coachees a través de intervenciones que se enfocan en ser lo mejor posible. Tenemos una tendencia a desanimarnos cuando las cosas se ponen difíciles, pero los entrenadores tienen la capacidad de poner las cosas en perspectiva.
Resiliencia
La última dimensión es la resiliencia, que es la capacidad de recuperarse rápida y eficazmente de circunstancias adversas. La resiliencia está presente cuando uno busca proactivamente recursos útiles y gestiona positivamente sus circunstancias. Los entrenadores facilitan ambos comportamientos en el sentido de que actúan como una caja de resonancia consistente y estable y ayudan a los entrenadores a sobrellevar la situación a través de la reevaluación cognitiva.
Explicando por qué funciona el coaching
Ya no será necesario que los coaches o coachees recurran a anécdotas para explicar el valor del coaching. La evidencia es clara. La razón por la que el coaching lleva al éxito es que facilita el capital psicológico, un recurso psicológico positivo que los coaches pueden aplicar en sus experiencias laborales del día a día. Es este capital psicológico el que actúa como mecanismo de enlace entre las intervenciones de coaching y una serie de resultados beneficiosos, que incluyen la satisfacción laboral, el compromiso organizacional y el desempeño laboral.
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