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He sido consejera, educadora y terapeuta en la práctica privada durante 40 años. Como muchos consejeros novatos, quería que la gente se sintiera mejor y resolviera sus propios dilemas. Seguí el mantra, “No soy feliz hasta que tú lo estés. «

Tal vez eso fuera bueno, excepto que tenía límites relativamente pobres. Me vi envuelto en los problemas de otras personas y los traté como si fueran míos. No me protegí de ser manipulado y utilizado. No reconocí que tenía derecho a mis propios límites personales. Ignoré el hecho de que los límites filtran lo que está bien en mi vida y lo que no.

La razón por la que ignoré mis límites es compleja. Tenía que ver con mi creencia en ser complaciente, servicial, incapaz de decir que no y querer ser amado.

Aprende sobre ti

Primero, tuve que hacer valer mis propias necesidades. Sabía que las personas con límites bajos tienden a tener poca conciencia de sus propias necesidades. Así que hice un inventario de mis necesidades y mis creencias. Descubrí que había dejado mis propias necesidades más en el estante que las necesidades de los demás.

Si desea evaluar sus propios límites, le sugiero que haga valer sus necesidades. Le ayudará a trazar «una línea en la arena», por así decirlo. Empiece por examinar la jerarquía de necesidades de Maslow. Por ejemplo, evalúe su necesidad de pertenencia y aceptación. Examina qué tan bien has satisfecho tu necesidad de amar y ser amado, así como de ser respetado y tener respeto por ti mismo. La pregunta es en qué medida sus limitaciones ayudan o dificultan la satisfacción de sus necesidades.

Entonces, ¿por qué es importante tener límites? Esto es importante porque los límites personales saludables ayudan a mantener una imagen positiva de sí mismo. Esto es importante porque puedo cuidarme mejor y no permitir que otros definan quién soy.

Tipos de límites personales

Los límites personales vienen entre paréntesis. Los límites pueden ser rígidos, porosos o sólidos. En realidad, los límites saludables pueden ser un poco rígidos y porosos según el contexto.

  • Saludable: tienes límites saludables si:
    • valora tu propia opinión
    • no comprometa sus valores por los demás
    • compartir adecuadamente la información personal
    • acepta a los demás cuando te digan que no
  • Rígido: tienes límites rígidos si:
    • evitar la intimidad y las relaciones cercanas
    • normalmente no pides ayuda
    • tener pocas relaciones cercanas
    • puede parecer desapegado
    • toma cierta distancia para evitar el rechazo
  • Poroso: tiene límites porosos si:
    • compartir demasiado información personal
    • tener dificultad para decir no a las solicitudes de los demás
    • involucrarse demasiado en los problemas de otras personas
    • tolerar el abuso o la falta de respeto
  • valora tu propia opinión
  • no comprometa sus valores por los demás
  • compartir adecuadamente la información personal
  • acepta a los demás cuando te digan que no
  • evitar la intimidad y las relaciones cercanas
  • normalmente no pides ayuda
  • tener pocas relaciones cercanas
  • puede parecer desapegado
  • toma cierta distancia para evitar el rechazo
  • compartir demasiado información personal
  • tener dificultad para decir no a las solicitudes de los demás
  • involucrarse demasiado en los problemas de otras personas
  • tolerar el abuso o la falta de respeto

Debe tener en cuenta que la relevancia de los límites depende en gran medida del entorno. Lo que es apropiado cuando sales con amigos puede no serlo cuando estás en el trabajo. Las culturas tienen expectativas diferentes en lo que respecta a los límites. Por ejemplo, algunas culturas no expresan sus emociones en público, mientras que otras lo hacen.

Establece límites personales saludables

Decidí que era importante establecer límites saludables, especialmente porque seguí siendo consejera, educadora y terapeuta. Tuve que mantener la línea entre mis estudiantes, mis clientes y yo.

  • Confía y cree en mí. Tuve que reconocer que yo era la máxima autoridad sobre mí mismo. Sabía lo que necesitaba, lo que quería y lo que me gustaba. Reconocí que los límites saludables me permiten cuidarme mejor, emocional, mental, física y espiritualmente.
  • Mis necesidades y sentimientos son tan importantes como las necesidades y sentimientos de los demás. Fue una lección difícil de aprender para mí por dos razones. Primero, las lecciones espirituales de mi juventud esperaban que yo pusiera a los demás en primer lugar. En segundo lugar, el modelo de mis padres apoyó la creencia de que deberíamos cuidar a nuestro vecino. No llegué a creer que tenía que sacrificar mi vida; sin embargo, pensé que siempre que fuera posible debería intentar poner a los demás en primer lugar.
  • Aprende a decir no. Lamentablemente, siempre me ha gustado la gente, lo que al principio de mi carrera me puso en desventaja. Había dejado mis necesidades personales en un segundo plano. He aprendido que una cierta cantidad de «egoísmo» es necesaria para establecer límites personales saludables.
  • Tengo derecho a límites personales. Tengo que asumir la responsabilidad de cómo permito que los demás me traten. Reconozco que las fronteras son filtros que permiten lo que es aceptable en la vida y lo que no. Mis límites me protegen y me definen. Necesito establecer límites claros y decisivos que los demás puedan respetar.

Señales de límites insalubres

Aquí hay algunas declaraciones breves que reflejan límites poco saludables.

  • Da todo lo que puedas por el simple hecho de dar.
  • Tome todo lo que pueda por el simple hecho de tomar.
  • Siéntete culpable cuando dices que no.
  • No hable cuando lo estén tratando mal.
  • Es bueno tocar a una persona sin preguntarle.

Resumen

Es importante que todos tengamos límites personales. Dictan cómo abordamos las relaciones con amigos y conocidos. Nuestros límites nos ayudan a vivir en armonía con nuestros deseos, necesidades y sentimientos. Podemos decir no a las cosas que no queremos hacer y sí a las que queremos hacer.

Los límites claramente establecidos nos ayudan a cuidarnos emocional, física y espiritualmente. Nuestros límites nos ayudan a estar menos preocupados por cómo nos ven y más satisfechos con las percepciones que tenemos de nosotros mismos.