Fuente: Wikimedia / Creative Commons
Los neurocientíficos de la Universidad de Sheffield han descubierto que su tipo de sangre puede afectar el volumen de materia gris en áreas del cerebro relacionadas con la demencia y la enfermedad de Alzheimer. La materia gris está formada por la mayoría de las neuronas en regiones específicas del cerebro, mientras que la materia blanca crea líneas de comunicación entre las diferentes regiones del cerebro.
El estudio de junio de 2015, «El grupo sanguíneo ‘O’ está asociado con mayores volúmenes de materia gris en el cerebelo», se publicó en el Brain Research Bulletin.
Para este estudio, Matteo De Marco y Annalena Venneri calcularon el volumen de materia gris en varias regiones del cerebro y correlacionaron estas estadísticas con los tipos de sangre y el riesgo de demencia. Los investigadores han descubierto que las personas con el grupo sanguíneo «O» tienen más materia gris en el cerebelo (del latín «Little Brain»), que puede proteger contra enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer.
Tradicionalmente, los neurocientíficos han visto el cerebelo como el asiento de la coordinación muscular, el equilibrio y la propiocepción corporal. Sin embargo, nuevos hallazgos indican que el cerebelo también está relacionado con la función cognitiva y puede refinar nuestro pensamiento y procesos creativos, al igual que refina nuestros movimientos musculares.
La red frontocerebelosa conecta el cerebelo con la corteza cerebral y permite la coordinación, precisión y sincronización de los movimientos musculares y los procesos de pensamiento. Idealmente, el cerebelo nos permite movernos y pensar de manera más eficiente.
El volumen cerebral de materia gris en el cerebelo puede tener beneficios neuroprotectores
Cerebelo en rojo.
Fuente: Wikimedia Commons / Bases de datos de ciencias biológicas
El estudio encontró que las personas con el grupo sanguíneo «O» tienden a tener más materia gris en la parte posterior del cerebelo. Específicamente, los adultos «O» tenían mayores volúmenes de materia gris en dos grupos simétricos en la parte ventral posterior del cerebelo.
Curiosamente, cuando los investigadores compararon a personas del grupo sanguíneo «O» con las del grupo sanguíneo «A», «B» o «AB», también encontraron volúmenes más pequeños de materia gris en las regiones temporal y límbica del cerebro, incluyendo el hipocampo izquierdo.
En 2014, investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard informaron que las personas mayores de 45 años con sangre tipo «AB» tenían un 82% más de probabilidades de tener habilidades de pensamiento deterioradas que aquellas con tipo «O».
La distribución aproximada de grupos sanguíneos en la población estadounidense:
- O-positivo: 38%.
- O-negativo: 7%.
- A positivo: 34%.
- A-negativo: 6%.
- B positivo: 9%.
- B negativo: 2%.
- AB positivo: 3%.
- AB negativo: 1%.
Los investigadores plantean la hipótesis de que la diferencia entre los grupos sanguíneos podría deberse a los efectos de los alelos del grupo sanguíneo «O» en el cerebro. En un comunicado de prensa, De Marco dijo:
Los resultados parecen indicar que las personas que tienen un grupo sanguíneo «O» están más protegidas contra enfermedades en las que se observa una reducción de volumen en las regiones temporal y medio temporal del cerebro como la enfermedad de Alzheimer por ejemplo. Sin embargo, se necesitan más pruebas e investigaciones, ya que podrían estar involucrados otros mecanismos biológicos.
La investigación científica de De Marco se centra en tratamientos no farmacológicos que pueden optimizar el envejecimiento saludable y reducir el riesgo de demencia y enfermedad de Alzheimer. Su investigación también tiene como objetivo identificar el impacto del ejercicio físico en diversas variables neurocognitivas.
Si no tiene sangre «O», el ejercicio puede ser un tratamiento no farmacológico para aumentar el volumen cerebral y optimizar la función cognitiva a lo largo de su vida. Uno de los principales beneficios de la actividad física es que el ejercicio estimula la producción de irisina y BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro) que desencadena el crecimiento de nuevas neuronas (neurogénesis) en todo el cerebro, independientemente de su tipo de sangre.
Aunque el estudio actual de De Marco y Venneri no examina el vínculo entre la actividad física y la demencia, otros estudios han encontrado una correlación universal entre la aptitud aeróbica, el BDNF y el aumento de los volúmenes de materia gris.
Conclusión: las «microzonas» dentro del cerebelo tienen funciones específicas
Regiones específicas del cerebelo desempeñan funciones específicas en los procesos cerebrales.
Fuente: Wikimedia / Creative Commons
En el cerebelo, los neurocientíficos continúan identificando cómo las regiones cerebelosas específicas juegan un papel en funciones cerebrales específicas. El estudio reciente de la Universidad de Sheffield identificó grupos de materia gris en el cerebelo que podrían estar relacionados con la demencia y la enfermedad de Alzheimer.
Recientemente, investigadores de la Universidad de Stanford han relacionado el cerebelo con la creatividad y el proceso creativo. Los nuevos hallazgos de la Universidad de Sheffield revelan que el volumen de materia gris cerebelosa es un candidato principal para una mayor investigación de la función ABO relacionada con la neuroprotección o la degeneración cognitiva.
Si desea leer más sobre este tema, consulte las publicaciones de mi blog de BlogDePsicología:
Sígueme en Twitter @ckbergland para obtener actualizaciones sobre las publicaciones del blog The Athlete’s Way.
© Christopher Bergland 2015. Todos los derechos reservados.
The Athlete’s Way® es una marca registrada de Christopher Bergland.
Comentarios recientes