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La forma más común de definir el aburrimiento en la cultura occidental es no hacer nada. El aburrimiento generalmente se considera un estado emocional desagradable en el que el individuo experimenta una falta general de interés y dificultad para concentrarse en la actividad en cuestión. La condición corresponde más precisamente al aburrimiento francés, una percepción existencial de la futilidad de la vida. El aburrimiento es la consecuencia de aspiraciones incumplidas (Goodstein, 2005).
El aburrimiento es una experiencia universal. Casi todo el mundo lo tiene en su vida. Las estimaciones de las encuestas existentes muestran que entre el 30% y el 90% de los adultos estadounidenses se aburren en algún momento de su vida diaria, al igual que entre el 91% y el 98% de los jóvenes (Chin et al., 2017). Los hombres generalmente se aburren más que las mujeres. También existe un vínculo positivo entre la educación muy baja y el aburrimiento.
El aburrimiento predice la soledad, la ira («fiebre de la cabina»), la tristeza y la preocupación. Como señaló Kierkegaard, el aburrimiento es «la raíz de todos los males». El aburrimiento es una fuerza tan motivadora que la gente hace todo tipo de cosas para aliviar el dolor. Las personas que están crónicamente aburridas tienen un mayor riesgo de adicción a las drogas, alcoholismo y problemas con el juego.
Estas son algunas de las principales causas del aburrimiento:
1. Monotonía en la mente
El aburrimiento es similar a la fatiga mental y se produce por la repetición y el desinterés por los detalles de nuestras tareas (como tareas que requieren atención continua, espera en el aeropuerto, presos encerrados en celdas). Cualquier experiencia predecible y repetitiva se vuelve aburrida. En general, demasiado de lo mismo y muy poca estimulación pueden provocar una ausencia de deseo y un sentimiento de encierro en la víctima (Toohey, 2012).
2. Falta de flujo
El flujo es un estado de inmersión total en una tarea difícil pero muy relacionada con las habilidades propias, similar a “estar en la zona”. El flujo ocurre cuando las habilidades de una persona coinciden con el nivel de desafío presentado por el entorno y cuando una tarea incluye objetivos claros y retroalimentación inmediata. Las tareas que son demasiado fáciles son aburridas. Por el contrario, las tareas que las personas perciben como demasiado difíciles provocan ansiedad.
3. Necesidad de novedad
Algunas personas tienen más probabilidades de aburrirse que otras. Es probable que las personas con una fuerte necesidad de novedad, emoción y variedad se aburran. Es probable que estos buscadores de sensaciones (p. Ej., Paracaidistas) descubran que el mundo se mueve demasiado lento. La necesidad de estimulación externa puede explicar por qué los extrovertidos tienden a ser particularmente propensos al aburrimiento. Buscar la novedad y correr riesgos es la forma en que estas personas se curan a sí mismas para curar su aburrimiento.
4. Presta atención
El aburrimiento está relacionado con problemas de atención. Lo que nos molesta nunca atrae completamente nuestra atención. Después de todo, es difícil interesarse en algo cuando no puedes concentrarte en él. Las personas con problemas crónicos de atención, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, tienen una fuerte tendencia a aburrirse.
5. Conciencia emocional
Las personas que carecen de conciencia de sí mismas son más propensas al aburrimiento. Una persona aburrida es incapaz de articular lo que quiere o quiere hacer. Les resulta difícil describir sus sentimientos. La incapacidad de saber qué te hará feliz puede llevarte a un aburrimiento existencial más profundo. No saber lo que buscamos significa que carecemos de la capacidad de elegir metas adecuadas para nuestro compromiso con el mundo (Eastwood, 2012).
6. Habilidades de diversión en interiores
Las personas que no tienen los recursos internos para lidiar con el aburrimiento de manera constructiva dependerán de la estimulación externa. En ausencia de capacidades internas de diversión, el mundo exterior aún no proporcionará suficiente emoción y novedad.
7. Falta de autonomía
La gente se aburre mucho cuando se siente atrapada. Y sentirse atrapado es una gran parte del aburrimiento. Es decir, son bloqueados o coaccionados para que su voluntad no pueda realizarse. Por ejemplo, la adolescencia es un momento álgido para el aburrimiento, en gran parte porque los niños y los adolescentes no tienen mucho control sobre lo que quieren hacer.
8. El papel de la cultura
En muchos sentidos, el aburrimiento es un lujo moderno (Spacks, 1996). El aburrimiento fue literalmente inexistente hasta finales del siglo XVIII. Nació cuando la Ilustración dio paso a la Revolución Industrial. Al principio de la historia de la humanidad, cuando nuestros antepasados tenían que pasar la mayor parte de sus días buscando comida y refugio, el aburrimiento no era una opción.
El aburrimiento también tiene sus ventajas. Es importante ver el aburrimiento como una «llamada a la acción» (Svendsen, 1999). Nietzsche sugirió que los hombres de rara sensibilidad valoran el aburrimiento como un impulso para el éxito. El aburrimiento puede ser un catalizador para la acción. Puede ser una ocasión de reflexión y reflexión. También puede ser una señal de que una tarea es una pérdida de tiempo y, por lo tanto, no vale la pena continuar.
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