En la neuropsicología se busca usar las respuestas fisiológicas para dar respuestas a eventos psicológicos, para encontrar estas respuestas se utilizan las técnicas de neuroimagen , dentro de estas se encuentra una gran variedad y cada una de estas se usa en diferentes casos o en la actualidad se puede realizar un análisis neuropsicológico realizando una combinación de estas. En este texto específicamente se tratará la resonancia magnética (RM) y la resonancia magnética funcional (RMf) dentro de la identificación de lesiones cerebrales, ya que, tanto estas como otras técnicas aportan información complementaria que son de gran importancia para el diagnóstico y tratamiento de pacientes con trastornos del sistema nervioso central (SNC).
En los últimos años las técnicas de neuroimagen han progresado de una forma exponencial, ya que, gracias al uso de estas técnicas se han validado las técnicas de intervención y se ha encontrado correlato biológico de varios fenómenos psicológicos.
La RM además de información morfológica aporta información funcional por medio de los programas de difusión/perfusión y espectroscopia, además con esta se pueden obtener imágenes en los planos axial, coronal y sagital. La RM convencional es útil para identificar las lesiones cerebrales de un paciente antes de iniciar el tratamiento neuropsicológico y en la Neuropsicología ayuda a establecer una relación entre áreas cerebrales, funciones cognitivas, conducta y personalidad.
La resonancia magnética funcional (RMf) busca la evaluación no invasiva del funcionamiento cerebral y se basa en la detección de los cambios de señal que se dan en las imágenes de RM cuando se da la activación neuronal; es decir, utiliza la relación entre actividad neuronal con el metabolismo y el flujo sanguíneo. Con esta se puede realizar la evaluación funcional de zonas encargadas de: sensorialidad, motricidad, cognición y procesos afectivos en cerebros normales y patológicos, por ejemplo, la localización de la corteza motora, permitiendo evitar ciertas áreas importantes durante una intervención quirúrgica.
Los estímulos que se usan para activar alguna zona en específico de la corteza cerebral pueden ser: sonidos, imágenes, movimientos pequeños, tareas complejas como la comprensión de palabras; estos se pueden alternar, es decir, se presenta el estímulo por un periodo determinado y después se retira. Como se mencionó anteriormente, esta técnica también puede servir como herramienta de planificación neuroquirúrgica, ya que a partir de esto se puede conocer si la cirugía a realizar comprometerá o dañara algunas áreas relacionadas con las funciones psicológicas, esto puede ser usado por ejemplo cuando se realizan estas intervenciones para patologías tumorales, en este momento es en donde entra a jugar un papel importante el neuropsicólogo.
El uso de las técnicas de neuroimagen son de alta importancia para el desarrollo de una buena práctica neuropsicológica, ya que, ayudan a ubicar con precisión las áreas que están comprometidas en el paciente y a minimizar los riesgos de que se produzca más daño en el área tratada y en áreas aledañas. Pero aunque en las últimas décadas los avances en estas técnicas son sorprendentes, todavía es necesario mayor refinamiento de las mismas para que los errores a partir de estas sean mínimos e incrementa la validez que se tiene un diagnóstico con el uso de estas técnicas.
Referencias
Martí-Climent, J., Prieto, E., Lafuente, J., y Arbizu, J. (2010). Neuroimagen: Fundamentos técnicos y prácticos. Revista Española de Medicina Nuclear, 29(4), 189-210.
Junqué, C. (2011). Capítulo |2| – Técnicas de neuroimagen en neuropsicología clínica y rehabilitación neuropsicológica en Rehabilitación Neuropsicológica: Intervención y práctica clínica. P.p 15–28. Elsevier: Barcelona
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