¿Cuáles son los principales desafíos de liderazgo para 2023 y más allá?
Cada año, la Sociedad de Psicología Industrial y Organizacional (SIOP) encuesta a sus miembros para determinar las 10 principales tendencias laborales. En base a esto, extraje los 4 desafíos principales que deben preocupar a los líderes en el lugar de trabajo en el próximo año (y más allá).
Liderando el lugar de trabajo cambiante. La pandemia global y el auge del trabajo virtual, junto con la Gran Renuncia que hizo que los trabajadores reconsideraran sus trabajos y carreras, ha creado más cambios en el lugar de trabajo más rápido que en cualquier otro momento de nuestra historia. Esto significa que los líderes de hoy deben ser más adaptables para abordar todos estos cambios a fin de que sus equipos y organizaciones sigan avanzando. Como me dijo un director ejecutivo: “La pandemia dejó en claro que la primera prioridad de un líder debe ser los miembros de su equipo”. Los líderes deben ser flexibles y pensar «fuera de la caja» para trabajar con los miembros del equipo para desarrollar estrategias innovadoras para lograr sus objetivos.
Mantener el bienestar de los empleados. El estrés y el agotamiento de los trabajadores están en su punto más alto a medida que salimos de la pandemia, lidiamos con una economía maltratada con una inflación creciente y experimentamos agitación social. Es fundamental que los líderes demuestren interés y preocupación por el bienestar de sus empleados. Una estrategia es apoyar a los miembros del equipo ajustando los horarios de trabajo, permitiéndoles trabajar desde casa o tomando tiempo libre para el mantenimiento de la atención médica o las obligaciones familiares. Pero los líderes siempre deben demostrar preocupación por las necesidades y el bienestar de los empleados.
Liderando una cultura diversa e inclusiva. A medida que la fuerza laboral se vuelve más diversa, es de vital importancia que los líderes den prioridad a los temas de diversidad, equidad e inclusión para brindar un ambiente de trabajo armonioso y de apoyo. Una directora de diversidad (CDO, por sus siglas en inglés) me dijo recientemente que cambió de empresa porque, como dijo, “la directora ejecutiva solo hablaba de boquilla sobre los problemas de DEI. La organización no estaba dispuesta a poner los recursos necesarios en ella. Como resultado, muchos buenos empleados se fueron, incluyéndome a mí”. El resultado final para liderar una cultura diversa e inclusiva es reconocer simultáneamente las cualidades y antecedentes únicos de cada individuo, respetar esto, pero también hacer que todos se sientan incluidos, como lo deja claro mi colega Stef Johnson en su libro, Inclusify.
Involucrar y retener a los miembros de la organización. Un último desafío de liderazgo es centrarse más en involucrar a los trabajadores para desarrollar su capacidad, pero también, en esta era de trabajadores insatisfechos que buscan alternativas, para mantenerlos. Involucrar a los trabajadores significa mostrarles que la organización los valora y se preocupa por ellos. Las estrategias para involucrar a los miembros de la organización incluyen las Tres R: mostrarles respeto, reconocer a los trabajadores por sus esfuerzos y logros y recompensarlos. Poner recursos en el desarrollo de los empleados es una forma esencial de demostrar respeto y reconocimiento.
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