La gente suele hablar del espíritu navideño, pero ¿qué es realmente? ¿Es el acto de dar y bondad, o es la capacidad de no dejar que tus pensamientos negativos anulen la alegría que ofrece la temporada? Tal vez sea un poco de ambos.
Algunas personas son mejores que otras para compartimentar sus emociones, por lo que no sienten las negativas cuando se reúnen con otras personas para las fiestas. Pueden enfocar su amor y energía en las actividades del día y permitir que algo de alegría entre en sus vidas.
Hay otros que no pueden dejar pasar las cosas malas y se aferran a rencores o pérdidas, lo que los hace infelices todo el tiempo. Como adultos, podemos aprender a compartimentar nuestras emociones negativas, para que otras personas no se vean afectadas por ellas y podamos disfrutar más de la vida. Todos pueden beneficiarse de esta práctica.
Personalmente, no voy a permitir que la inflación, las altas tasas de interés, la guerra en Ucrania y otras cosas fuera de mi control empañen el espíritu navideño. En cambio, mi esposa y yo elegimos retribuir. Esta temporada navideña, alquilamos un dormitorio en suite a una pareja ucraniana porque nadie más lo haría. No tenían historial crediticio, por lo que los habían obligado a vivir en moteles, pero podíamos decir que eran buenas personas. Teníamos el espacio disponible y no podíamos pensar en nada mejor que hacer con él que compartirlo con otras personas que realmente lo necesitaban.
Son muy agradecidos y traerán energía positiva a la casa. Esto no es solo una fiesta temporal, sino algo más grande, y el impacto de hacerlo será mayor, en nuestros corazones y en los de ellos.
Centrarse en los mejores atributos de las fiestas es una excelente manera de avanzar. También lo es dejar ir el pasado. Dejar ir es una de las cosas más saludables que puedes hacer por tu cabeza y tu corazón. Si pudiéramos aprender a dejar ir más rápido y con más poder, estaríamos más contentos con nuestras vidas, y muchas cosas que solían molestarnos (porque desencadenaban viejos problemas) perderían su poderoso control.
Dejar ir puede ser el mejor ejercicio de salud mental y el regalo navideño que puedes darte a ti mismo, y solo tú puedes hacerlo. Leer y hablar de ello no es suficiente. Tienes que llegar a tus profundidades y reunir la fuerza para deshacerte del viejo hábito de aferrarte.
Comienza contigo mismo y deja ir todas las cosas con las que estás enojado contigo mismo. Esas oportunidades perdidas, esos momentos en que te avergonzaste y ese momento en que lastimaste a alguien que realmente amabas, déjalos ir. Todos nos aferramos a cosas que desearíamos haber hecho de manera diferente, pero si puedes dejar de estar enojado contigo mismo por ellas, se abrirá un mundo completamente nuevo para ti.
Perdonar a los demás también es parte del proceso, pero primero debes perdonarte a ti mismo. Una vez que te sientas libre de tu propio pasado, puedes abrirte a dar a aquellos que sientes que te han hecho daño. Eso también hará que tu vida sea mejor y un poco más dulce.
No aferrarse a sentimientos negativos sobre usted y los demás es un gran regalo para usted y quizás para los miembros de su familia. Los resultados harán que las vacaciones y el año venidero sean mejores, sin importar qué más esté pasando en el mundo.
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