La perspectiva rota
En 1892, William James citó la definición de psicología como:
“la descripción y explicación de los estados de conciencia como tales”. (James 1985, pág. xxv)
Mirando en la conexión
Fuente: v2osk/Unsplash
La conciencia es el tema central de la psicología. Sin embargo, el conductismo y las ciencias cognitivas no tuvieron prácticamente nada que decir al respecto hasta finales del siglo XX. (Varela, Thompson & Rosch, 2016)
Esto siempre ha parecido uno de los giros más extraños en la ciencia de la psicología. ¿Cómo puede ser que durante casi cien años la subjetividad y la experiencia humana hayan sido descuidadas en las ciencias psicológicas? ¿Cuáles son las raíces históricas de este abandono? ¿Qué provocó esta separación radical entre los procesos cognitivos y la conciencia?
Al comienzo de la Revolución Científica, una profunda división entre la mente (res cogitans) y la materia (res extensa) se expresó al máximo en la filosofía del siglo XVII de René Descartes. El dualismo cartesiano creó hace mucho tiempo una brecha explicativa entre la mente y la materia, entre la conciencia y la naturaleza. La conciencia y la vida, como parte de la naturaleza, simplemente pertenecían a reinos diferentes.
Al comienzo de la Revolución Científica, todavía existía un profundo temor por la Inquisición. La herejía y la blasfemia llevaron a la hoguera. Entonces, ¿quizás fue el miedo del yo a ser desencarnado lo que creó la división? La mente racional tenía que ser protegida del cuerpo mortal y pecaminoso. El cuerpo mundano con sus deseos y enfermedades fue simplemente separado de la mente inmortal. La vida fue colocada en una categoría diferente.
La brecha persistió en la ciencia de la conciencia y aún persiste en los mitos y dogmas de muchas culturas. La profunda división entre la conciencia y la naturaleza tuvo un profundo impacto en lo que significa ser un yo viviente. El efecto de esta perspectiva rota fue dramático para la psicología del siglo XX. Porque, ¿qué significa ser un yo cuando se le quita la experiencia de un cuerpo vivo? Porque, ¿qué significa para la educación de nuestra inteligencia emocional si nuestro yo con sus emociones, que necesitan atención, se separa de la mente que necesita ser llenada de conocimiento?
La conciencia importa
Hoy, las ciencias de la vida nos muestran una perspectiva completamente diferente de lo que somos. Se está desarrollando una historia completamente nueva, basada en observaciones profundas y cuidadosas, que describe una profunda continuidad y conexión entre nuestro cuerpo y nuestra mente. Esta nueva perspectiva muestra una prueba cada vez más innegable de la interacción inquebrantable entre la evolución de la vida y el surgimiento de una mente con conciencia. (Dámasio, 2021)
El cuerpo y la mente han estado separados durante demasiado tiempo. A causa de esa separación se han hecho profundas heridas psicológicas en nuestra carne emocional. Décadas de cuidadosas observaciones ahora hacen que sea casi incuestionable que la autopercepción y la encarnación están íntimamente conectadas. Un yo que se separa de esta verdad terrenal interrumpe su posibilidad de inteligencia emocional encarnada.
Una nueva perspectiva sobre nuestra autopercepción y nuevas investigaciones en la ciencia del yo revelan algunas ideas claras. Anil Seth, un destacado investigador británico en el campo de la ciencia de la conciencia afirma:
“No nos percibimos para conocernos, nos percibimos para controlarnos”. (Seth, 2021, pág. 170)
Nuestro yo es el resultado de un proceso continuo de interacción entre las predicciones de arriba hacia abajo y las percepciones de abajo hacia arriba para regular y controlar nuestros cuerpos. En su nueva ciencia de la conciencia, Seth revela cómo:
“Nuestras experiencias conscientes del mundo que nos rodea, y de nosotros mismos dentro de él, suceden con, a través y debido a nuestros cuerpos vivos”. (Seth, 2021, pág. 174)
Nuestro yo es una percepción profundamente encarnada. Esto significa que si podemos aprender a observar cómo nuestros patrones de pensamiento habituales nos están separando de nuestro cuerpo vivo, descubriremos una acción profundamente disruptiva. Esta acción de separación es la causa de mucho dolor y sentimiento de insatisfacción.
La perspectiva de ser un yo en un cuerpo vivo
De acuerdo con la nueva ciencia de la conciencia, nuestra autopercepción es un proceso predictivo incorporado. Esto nos ofrece algunas preguntas desafiantes. ¿Qué significa ser un yo en un cuerpo vivo?
• ¿Cuando nuestros patrones de pensamiento habituales construyen permanentemente límites inexistentes y brechas de separación entre nosotros y nuestro cuerpo vivo?
• ¿Cuándo esas fronteras y divisiones construidas dominan y controlan nuestra educación y vida emocional?
• ¿Cuándo esas fabricaciones mentales se convierten en los engaños y dogmas de nuestra cultura?
Los sistemas educativos y las organizaciones laborales ya no pueden continuar separando nuestra conciencia de nuestros cuerpos vivos. La psicología del futuro debe basarse en la descripción y explicación de estados de conciencia como tales, profundamente arraigados en un cuerpo. La experiencia humana es el significado expresado de ser un yo en un cuerpo vivo.
De esta nueva intimidad entre vivir y conocer pueden surgir perspectivas prometedoras. El viejo modelo de la perspectiva rota puede morir suavemente: ningún cuerpo vivo significa que no hay mente, ni yo, ni conciencia, ni conocimiento. Una nueva inteligencia emocional encarnada puede crecer suavemente, profundamente conectada con la vida.
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