Un grosor cortical más bajo se asocia con una elección impulsiva en redes cerebrales específicas que son importantes para la toma de decisiones.
Fuente: Pehlivanova et al., JNeurosci (2018)
Un nuevo estudio informa que los humanos jóvenes con una corteza más delgada en distintas regiones del cerebro son más impulsivos durante una tarea de toma de decisiones en comparación con sus compañeros de la misma edad con una corteza más gruesa. Estos resultados se publicaron el 12 de febrero de 2018 en la revista Journal of Neuroscience.
Este estudio, «La disminución del grosor cortical se asocia con la elección impulsiva en la adolescencia», realizado por investigadores de la Cohorte de neurodesarrollo de Filadelfia (PNC), corrobora investigaciones anteriores en adultos, que encontraron que un menor grosor cortical está relacionado con la preferencia por recompensas instantáneas más pequeñas. recompensas más grandes y retrasadas.
¿Preferiría recibir una pequeña recompensa ahora o una recompensa mayor en el futuro?
“Rendición diferida” es un término que se utiliza para describir la tendencia de una persona a disminuir el valor de una recompensa durante el tiempo que tarda en ser recompensada. En este estudio, se midieron diversos grados de retrasos en los descuentos dándoles a los participantes la opción hipotética de recibir inmediatamente una pequeña cantidad de dinero o un pago más lucrativo en un plazo de seis meses. Aquellos que podían retrasar la gratificación instantánea por una recompensa mayor en seis meses fueron vistos como menos impulsivos.
Para este estudio sobre los adolescentes y la impulsividad, Marieta Pehlivanova, Joseph Kable, Theodore Satterthwaite y sus colegas de la Universidad de Pensilvania analizaron datos conductuales y de neuroimagen recopilados de una gran muestra de 208 hombres y 219 mujeres (de 9,3 a 24,3 años). Su objetivo era identificar si se podía observar una relación correlativa entre el grosor cortical y las preferencias de descuento temporal (impulsividad) en un período de desarrollo cerebral adolescente marcado por cambios estructurales significativos.
Este estudio correlacional no identifica la causalidad, pero sugiere que una corteza más delgada se asocia con un mayor grado de impulsividad en la adolescencia. El grosor cortical también predijo la toma de decisiones impulsiva en los adolescentes y retrasó la actualización de las preferencias más allá de otras variables cognitivas y demográficas.
Los autores resumen la importancia de este estudio en abstracto: “Notablemente, la asociación más fuerte entre la elección impulsiva y la estructura cerebral se observó en las regiones involucradas en la toma de decisiones basada en valores; a saber, las cortezas orbitofrontales prefrontal y ventromedial. En el futuro, estos marcadores neuroanatómicos de impulsividad pueden ayudar en el desarrollo de intervenciones personalizadas destinadas a reducir el riesgo de resultados negativos derivados de la impulsividad durante la adolescencia.
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