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El cuerpo humano es aproximadamente un 60 por ciento de agua. Este nutriente vital es un componente básico de cada célula del cuerpo. Ayuda a regular la temperatura de nuestro cuerpo, transporta nutrientes y energía a través del torrente sanguíneo, elimina los productos de desecho, actúa como un amortiguador para el cerebro y la médula espinal y lubrica las articulaciones.
Para asegurarse de que nuestro cuerpo tenga suficiente agua para realizar todas estas tareas, el hombre promedio necesita beber alrededor de tres litros de agua por día; la mujer promedio necesita alrededor de dos litros. Un nuevo estudio observacional publicado en la revista eBioMedicine analiza detenidamente lo que sucede cuando no bebemos suficiente agua.
Los investigadores siguieron a más de 11 000 adultos entre 1987 y 2017. Para cuantificar los niveles de hidratación, midieron la cantidad de sal en la sangre de los participantes a intervalos regulares. La disminución del agua corporal es la razón más común del aumento de las concentraciones de sodio. También rastrearon si los participantes desarrollaron enfermedades crónicas y midieron la edad biológica, que analiza las moléculas de ADN para predecir la probabilidad de enfermarse crónicamente o morir.
En adultos saludables, los niveles de sodio en la sangre oscilan entre 135 y 146 miliequivalentes por litro (mEq/L). En el estudio, los participantes con niveles en el extremo superior de ese rango (142 mEq/L o más) tenían entre un 10 y un 15 % más de probabilidades de tener una edad biológica más alta en comparación con los participantes con niveles más bajos de sodio. También tenían un 64 por ciento más de probabilidades de desarrollar enfermedades crónicas, como insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular, fibrilación auricular, enfermedad arterial, enfermedad pulmonar, diabetes y demencia.
Los participantes con niveles altos, por encima de 144 mEq/L, tenían un 50 % más de probabilidades de ser biológicamente mayores y un 21 % más de probabilidades de morir antes. El punto ideal parecía ser los niveles de sodio entre 138 y 140 mEq/L; los participantes rutinariamente en este nivel tenían el riesgo más bajo de desarrollar enfermedades crónicas.
El estudio es notable porque analizó estos indicadores de salud durante un largo período de tiempo. Pero es importante tener en cuenta que estos datos muestran una correlación, no que los niveles más bajos de hidratación necesariamente acorten la vida útil o provoquen enfermedades. Aún así, el estudio proporciona otra evidencia que sugiere que beber suficiente agua diariamente es un componente importante de la salud.
El mensaje final: cuando no está hidratado de manera óptima, es más probable que desarrolle una enfermedad crónica o muera antes.
Hay algunas formas sencillas de saber si su cuerpo está óptimamente hidratado. Para empezar, echa un vistazo al color de tu orina. Si ha consumido suficiente agua, estará pálida; si es de color amarillo oscuro o ámbar, necesita más agua. El agua sola suele ser lo mejor para beber, pero las bebidas sin cafeína como el agua con gas o el té de hierbas también son excelentes. También puede intentar comer alimentos con mayor contenido de agua, como frutas como el melón y las fresas, o verduras como la lechuga, el repollo, la espinaca y la calabaza.
Feliz hidratación.
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