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Los inviernos en el medio oeste superior pueden ser emocionalmente brutales. Las gélidas temperaturas bajo cero. Meses de nieve, aguanieve y cielos grises durante semanas y semanas pueden afectar la motivación de cualquier persona.

Algunas personas dicen que duermen más y más duro. Es fácil entender por qué los osos hibernan y por qué algunas personas se mudan a climas más soleados durante los meses de enero a marzo. El clima invernal puede agotar nuestra energía y acumular nuestras reservas emocionales, a menos que encontremos formas de engañar a este sistema para que funcione mejor para nosotros.

Me gusta pensar en la motivación como un motor solar, en el que las personas y la interacción humana son los “soles” que impulsan y fomentan la fortaleza emocional. Hay una cierta cantidad de valor que todos necesitamos para atravesar la humedad aparentemente implacable, el frío y el cielo gris. Aquí hay algunas estrategias que pueden ayudar.

Sal de tu cabeza y entra en tu cuerpo.

Es bien sabido que el ejercicio es un estimulante natural del estado de ánimo. El cerebro libera endorfinas durante el ejercicio, que se ha demostrado que ayudan a reducir los síntomas de la depresión, ayudan con el estrés y la ansiedad y contribuyen a una sensación general de bienestar. Las endorfinas también son los analgésicos naturales del cuerpo, por lo que las personas con artritis y otros dolores musculoesqueléticos realmente pueden beneficiarse del ejercicio, especialmente en los fríos y húmedos meses de invierno.

Hacer. Eso. De todos modos.

Lo entiendo. Abrigarse con chaquetas de invierno acolchadas, botas, sombreros y guantes puede ser una molestia. Todo se siente esforzado, y puede sentirse tan cómodo solo para estar cómodo en casa. En los meses de invierno es fácil pensar en excusas, pero la pendiente resbaladiza de los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo aguarda aquí, como una trampa. Por eso es importante tener intenciones y apegarse a ellas.

Haz planes para salir con amigos. Únase a un grupo de ejercicios o una clase de arte. Lleve su computadora a una cafetería, donde naturalmente se sentirá mejor simplemente por aventurarse a salir del estancamiento de su hogar. Invita a los invitados a cenar (¿qué mejor manera de motivarte a limpiar tu casa?). Es importante diseñar estrategias para mantener el ánimo en alto cuando el estancamiento del invierno amenaza con derribarlo.

Busque gente que le haga responsable.

Los humanos somos maestros en pensar en excusas para encontrar formas de estar cómodos. Y si bien la comodidad (o hygge, la práctica danesa de crear un placer tranquilo y relajante) tiene su lugar, necesitamos contar con personas y sistemas que nos hagan responsables de establecer objetivos y alcanzarlos. Los meses de invierno pueden sentirse estancados, al igual que nuestro bienestar emocional. Por eso necesitamos que otras personas nos ayuden a seguir avanzando y creciendo.

Nuestras metas no necesitan ser enormes (de hecho, las metas más elevadas son las más difíciles de alcanzar). Unirse a un grupo de lectura ofrece una forma natural de aprender algo nuevo. Aprender una nueva habilidad, probar una receta cultural diferente o unirse a una clase de yoga son ejemplos de cómo las personas ajenas a nosotros mismos pueden seguir haciéndonos responsables cuando retrocedemos o no nos presentamos. Los entrenadores personales, los terapeutas y los entrenadores de vida son excelentes para esto, pero si se conoce bien, puede establecer un plan de responsabilidad. El compromiso es clave.

Detener el desplazamiento de Internet sin propósito.

Sí, Internet puede ser una pérdida de tiempo. Todos sabemos esto, pero de alguna manera nos encontramos atrapados. Si las redes sociales y el uso de Internet son importantes para usted, configure un temporizador para la cantidad de tiempo que pasa en línea y respételo.

También es importante prestar atención a los sentimientos y emociones que surgen con el desplazamiento en línea y discernir si son beneficiosos para su bienestar. Descubrí que a veces los algoritmos se alinean con algunos de los temas sobre los que escribo, y puede ser útil conocer la información más reciente. También puede llevarme por madrigueras de conejos que terminan destruyendo mi motivación.

Haz una lista de tus excusas. Luego quémelo o tírelo.

Puede ser muy catártico hacer una lista de todas las excusas y creencias limitantes de la vida que nos decimos a nosotros mismos. Verlos en papel puede ser particularmente útil, especialmente si eres como yo, e incluso puedes convencerme a mí mismo de su validez. “Hace demasiado frío para salir”. «Estoy demasiado cansado.» «Merezco un descanso». Las excusas que son particularmente aislantes son las más destructivas, especialmente en los fríos y grises meses de invierno, cuando más necesitamos buscar personas.

Lecturas esenciales de motivación

Recompénsate.

Cuando haya evitado con éxito sucumbir a la nube gris de la inercia que trae el invierno, es importante buscar formas de tratarse a sí mismo. ¿Llegaste a esa clase de ejercicios? ¡Excelente! Cómprate un café con leche. ¿Terminaste ese proyecto que habías estado postergando con la ayuda de un amigo? Tómate una copa para brindar por este logro. Has investigado y planeado algo (una comida saludable, unas vacaciones, el comienzo de un nuevo pasatiempo o una nueva aventura) y se siente genial celebrar el hecho de que no te dejaste estancar. Un masaje, un baño caliente en la bañera, una salida nocturna o cualquier otro «choque de cinco» que pueda darse a sí mismo será de gran ayuda.

Cuando nos recompensamos a nosotros mismos, se libera la dopamina química del cerebro. La dopamina es la «hormona feliz» natural que nos hace sentir bien y realizados, y nos da la motivación para seguir haciendo lo que estamos haciendo, y cuando estamos en medio del estancamiento invernal, eso es algo grandioso.