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Todos estamos familiarizados con el cliché de la crisis de la mediana edad: el hombre de mediana edad con una entrada de cabello que conduce un llamativo auto deportivo rojo con una segunda esposa (mucho más joven y más rubia) a cuestas.

¿fenómeno cultural o clínico?

La crisis de la mediana edad a menudo se descarta como un fenómeno cultural. Se ve simplemente como una creación de Hollywood de estereotipos y tropos, de los que se burlan y ridiculizan. La narrativa de la crisis de la mediana edad es fuerte en muchos libros, programas de televisión y en línea. Películas como The Seven-Year Itch y American Beauty capturan, pero también perpetúan, esta idea popular de la angustia de mediana edad.

Si bien la crisis de la mediana edad puede caracterizarse simplemente como una construcción social, la experiencia no es menos real para muchas personas. «Crisis de la mediana edad» puede no ser un término clínico de la psicología, y ciertamente no es un diagnóstico, pero le da un nombre familiar a las experiencias de muchas personas. Y a pesar de los estereotipos predominantes de la crisis masculina de la mediana edad, muchas mujeres también los padecen.

Un período de angustia psicológica.

Con cualquier otro nombre, la crisis de la mediana edad puede describirse como un período de angustia psicológica que se experimenta durante los años intermedios de la edad adulta. Se cree que afecta a personas de entre 35 y 65 años aproximadamente; esta es la idea tradicional de la «mediana edad», aunque también puede darse antes o después. El término fue acuñado por el psicoanalista canadiense Elliott Jaques en 1965, pero fue vago en los detalles.

La crisis de la mediana edad es un momento estresante de confusión emocional cuando las personas experimentan sentimientos de profunda insatisfacción e infelicidad con sus vidas. Es un período de transición en la vida cuando algunos luchan con su identidad y confianza en sí mismos. La crisis de la mediana edad está relacionada con la idea de la crisis existencial; cuando alguien experimenta un conflicto interno y una sensación de que la vida carece de significado y propósito.

¿Cuáles son los signos de una crisis de la mediana edad?

La crisis de la mediana edad es experimentada de manera diferente por diferentes personas. Muchos sienten una sensación de desesperación y frustración, y una falta de realización. Se vuelven muy conscientes de su mortalidad y se dan cuenta de que la vida, para ellos, está a la mitad. (Y la «mejor mitad» en eso.) Experimentan la sensación de que el tiempo se está acabando, pero que su vida no se ha vivido a su máxima capacidad. La crisis de la mediana edad puede incluir, entre otros, sentimientos de aburrimiento, arrepentimiento, pérdida, soledad, ira, resentimiento, pesimismo y cambios en la libido. También puede implicar un pensamiento excesivo sobre el pasado, sentimientos de nostalgia y el deseo de recuperar la juventud.

Estos sentimientos pueden conducir a un deseo de cambio drástico y repentino: una nueva carrera, una nueva relación o un nuevo pasatiempo; a veces a riesgo de perder algo importante. Una crisis de la mediana edad puede llevar a una persona desesperada a actuar por impulso; renunciar a su trabajo repentinamente, hacer una compra grande o comenzar una aventura. Sin embargo, las reacciones precipitadas a estos sentimientos y los comportamientos erráticos y riesgosos pueden crear aún más problemas.

Cómo afrontar la crisis de la mediana edad

Algunos argumentan que la crisis de la mediana edad es un mito obsoleto. Se dice que la teoría surgió en un momento en que el promedio de vida era más bajo y la salud de las personas era mucho peor. Se afirma que en estos días, las personas a menudo se sienten más realizadas en su mediana edad y años posteriores. Que las personas vean este momento de sus vidas como una oportunidad para finalmente abordar grandes proyectos o sueños que han estado postergando. Que las personas son más educadas y conscientes de sí mismas, y están viviendo vidas mucho más significativas que las que han vivido antes. Esto es ciertamente alentador.

Pero para aquellos que experimentan una crisis de la mediana edad, la buena noticia es que es manejable. Con la orientación correcta, estos problemas se pueden superar. La ansiedad y la depresión suelen estar en el centro de la crisis de la mediana edad. Los eventos traumáticos de la vida, como el divorcio o problemas relacionados con la salud, también pueden presagiar una crisis. Las personas buscan respuestas fuera de sí mismas en lugar de mirar dentro. Ver a un terapeuta puede ayudar a abordar cualquier problema subyacente. La etapa media de la vida también puede convertirse en un período de crecimiento y autodesarrollo. Con las herramientas y el apoyo adecuados, las personas pueden aprender a aceptar cada edad con una actitud positiva, encontrar satisfacción y seguir disfrutando del privilegio que es envejecer.

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