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La atención plena, practicada al enfocarse profundamente en cada sensación en el aquí y ahora, es bien conocida y beneficiosa (aunque controvertida). Sin embargo, no debemos limitar nuestra atención a la experiencia actual. La atención plena al futuro, centrada en el futuro, ofrece aún más potencial y poder a las personas, líderes y organizaciones que desean forjar un futuro mejor.
Forjar futuros implica un puñado de principios esenciales.
1. El viaje mental en el tiempo ofrece una gran ventaja evolutiva, pero no la estamos aprovechando lo suficiente.
Los seres humanos poseen un poderoso activo evolutivo: la capacidad de participar en viajes mentales extremos en el tiempo. Podemos viajar al pasado a través de la memoria y al futuro a través de la previsión.
Estas habilidades conducen a una tendencia desafortunada: viajar principalmente al pasado y poco al futuro más allá del mañana. A menudo se nos empuja a pensar a largo plazo, pero no capitalizamos el don de la previsión. Actuamos sobre las recompensas y los costos a corto plazo, preferimos que el status quo cambie y actuamos como si no existiera un futuro a más largo plazo. Al juzgar lo que valoramos por la forma en que nos comportamos, valoramos el presente sobre el futuro, las acciones cotidianas sobre la novela y el ahora, en lugar de cambiar los caminos que tomamos.
Los ejemplos comunes incluyen fallas de autocontrol y arrepentimientos posteriores por dormir, comer en exceso, beber demasiado y saltarse los entrenamientos. Cuando otras personas toman malas decisiones, los observadores preguntan: «¿Qué estaban pensando?» Y, por supuesto, conocemos desde hace décadas el daño que le estamos haciendo al planeta. De estas y muchas otras formas, nos decepcionamos a nosotros mismos y nuestros líderes nos enfurecen cuando no logran hacer las correcciones necesarias.
Es un punto monumental que describe individuos, organizaciones, sociedades y nuestra especie en general: el largo plazo recibe poco respeto. Es decir, hasta que sufrimos las consecuencias negativas de las malas decisiones motivadas por prejuicios y exigencias a corto plazo.
2. El pasado y el presente influyen en el comportamiento más que los futuros previsibles.
Varios sesgos cognitivos validados por la investigación controlan esta tendencia, incluido el sesgo actual, el descuento hiperbólico, el sesgo del status quo, el sesgo de proyección y la justificación del sistema. Sus detalles difieren, pero aquí hay una conclusión justa: a menudo nos comportamos de manera irreflexiva, sucumbiendo a prejuicios que conducen a malas decisiones en circunstancias nuevas y cambiantes. Somos miopes y hacemos la mayor parte de lo que hacemos de forma predeterminada, priorizando las eficiencias y los resultados actuales sobre las consecuencias más impactantes a largo plazo.
Muchos comportamientos se derivan de rutinas establecidas, entornos actuales y pensamientos y emociones inmediatos. Entonces, lógicamente, la mayoría de las teorías e investigaciones psicológicas se centran en las experiencias pasadas, la psicodinámica y las respuestas cognitivas y emocionales a las circunstancias presentes. Pero la literatura psicológica está dando un giro decisivo hacia el pensamiento futuro, la mentalidad progresista y la forma de navegar activa y eficazmente por futuros inciertos.
3. La prospección es más eficaz que la previsión y la planificación.
El viaje mental en el tiempo nos ayuda a hacer predicciones, pero las predicciones a menudo son incorrectas y la prospección es mucho más útil. La prospección implica generar mentalmente (prospectar, descubrir, crear) posibilidades y opciones futuras. Esta es la clave para adaptarse, cambiando no solo de forma reactiva, sino proactiva y continua. El propósito de la prospección es menos predecir lo que sucederá que prepararse para actuar en diversas circunstancias que podrían requerir diferentes respuestas.
La mayor parte de la actividad de prospección implica una planificación diseñada para obtener un resultado en lugar de alternativas. Mejor aún, necesita crear dos planes: un plan de acción y un plan de adaptación. El plan de acción lo ayuda a comenzar e identifica los pasos esperados para alcanzar la meta que ha elegido. El plan de afrontamiento, quizás mejor llamado plan de afrontamiento, considera qué puede salir mal y cómo cambiar cuando las cosas no salen como se esperaba. La gente rara vez hace esto, pero los planes de afrontamiento ayudan a lograr el éxito posterior.
4. Navegar por el futuro requiere una “matriz de quizás” y una adaptación continua.
Viajar mentalmente hacia el futuro puede generar una predicción de lo que se avecina. Mucho más que eso, aunque es menos común porque requiere más esfuerzo, podemos construir posibilidades alternativas porque aún no ha aparecido un futuro real. La construcción de esta matriz de quizás puede inspirarnos a estar atentos a los eventos que se están desarrollando, a considerar la nueva información con detenimiento y a continuar generando otras opciones.
Estos procesos ayudan a trazar nuevos caminos y ampliar nuestro repertorio conductual, siendo los nuevos comportamientos esenciales para adaptarse a las circunstancias cambiantes. No estamos atrapados en un solo futuro, predestinado por decisiones pasadas y caminos actuales, pero podemos continuar corrigiendo nuestro rumbo hacia los resultados que preferimos.
La creación de una matriz tal vez le permite ver una gama completa de posibilidades y cambiar el rumbo según sea necesario. Por tanto, ofrece la máxima flexibilidad y una adaptabilidad mucho mayor. Le brinda a usted y a los equipos de trabajo, organizaciones y nuestra especie los medios para dejar de hacer lo que es dañino en el futuro y comenzar a hacer más que mejore el futuro. Para las personas, los líderes y las empresas, esta adaptación con miras al futuro es lo que significa ser verdaderamente proactivo.
5. Navegar proactivamente por el futuro encarna el libre albedrío.
Navegar por el futuro a través del viaje mental en el tiempo, la quizás matriz, y la acción flexible pero enfocada en el futuro encarna el libre albedrío. Las circunstancias pueden parecer apremiantes, pero no tienen por qué ser todopoderosas. La proacción puede restaurar algo de control adoptando sus propios objetivos, aplicando su mejor pensamiento estratégico y contribuyendo a futuros que de otro modo no sucederían.
Conclusión
Cualquiera que sea el «ahora», el pasado y el presente son inmutables, pero el futuro aún está por determinar. Tenemos opciones, periódicamente y con mayor frecuencia, para hacer correcciones de rumbo fuera de las rutas actuales.
Idealmente, pero lejos de siempre, capitalizamos opciones que eviten malos futuros y creen mejores. Quizás nada más pueda contribuir más al crecimiento y bienestar personal y profesional que aprender a navegar proactivamente en el futuro. Cuanto antes empleemos el mindfulness futuro y las acciones correspondientes, mayor será el apalancamiento y mayor será el impacto final.
«Nos volvemos sabios no recordando nuestro pasado, sino asumiendo la responsabilidad de nuestro futuro» -Bertrand Russell
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