Seleccionar página

Fizkes/Adobe, Usado con permiso

cicatrizarse, mujer madura, sacar, píldoras, de, botella

Fuente: Fizkes/Adobe, Usado con permiso

Nadie quiere escuchar malas noticias, especialmente con respecto a su salud. Parece que recibir un diagnóstico devastador es un gran temor para muchos. Desafortunadamente, puede suceder durante su vida o la de un ser querido, y con esa experiencia vienen todo tipo de emociones. El miedo, la vergüenza, la culpa e incluso la ira se encuentran entre los sentimientos asociados con un diagnóstico difícil.

Puede que no sea el diagnóstico en sí mismo sino las implicaciones del diagnóstico lo que puede generar ansiedad, miedo o nerviosismo masivos. La incertidumbre en torno a los posibles tratamientos involucrados en el manejo o tratamiento de la afección es común. Las preguntas sobre los posibles efectos secundarios o la capacidad para soportar el tratamiento son fuentes de estrés.

Las personas pueden sentir una sensación de fracaso después de escuchar la noticia de un diagnóstico debilitante. Los pensamientos sobre lo que uno podría haber hecho o debería haber hecho o lo que podría haberse hecho de otra manera pueden ser casi implacables. Por muy naturales que sean tales reacciones emocionales, no acercan mucho más al alivio a nadie.

A lo largo de mi carrera, he tenido la desafortunada tarea de entregar noticias difíciles y confirmar información que otros proveedores han entregado. Desafortunadamente, ya sea la primera, segunda o tercera opinión, las noticias no se vuelven más fáciles de escuchar o procesar.

Hacer frente emocionalmente a un diagnóstico grave es tan importante como participar en tratamientos físicos asociados con una enfermedad. Una persona puede estar primero en negación, el primer paso del proceso de duelo. El impacto de un diagnóstico inesperado y las implicaciones son casi demasiado para soportar mentalmente. Según el estado de la enfermedad, es posible que el proveedor se esté moviendo más rápido de lo que un paciente puede procesar a la vez.

  fizkes/adobe, usado con permiso

Hombre canoso tocando el pecho, teniendo un ataque al corazón, mujer apoyando

Fuente: fizkes/adobe, usado con permiso

El afrontamiento es un aspecto del tratamiento, necesario para que la persona pueda salir adelante con su salud. La investigación muestra que la capacidad de hacer frente a un diagnóstico es primordial en el tratamiento y la recuperación. Se ha demostrado que la angustia emocional y mental de la incapacidad para hacer frente interfiere con los protocolos de tratamiento: los pacientes eligen desconectarse en lugar de enfrentar su diagnóstico y desarrollar resiliencia frente a la adversidad.

La resiliencia es una adaptación positiva ante una experiencia estresante. A través de la resiliencia, una persona se eleva por encima de la experiencia difícil y elige perseverar. Una persona resiliente puede adaptarse al cambio y tener la capacidad de volver a una condición mental, emocional y física anterior saludable después de un trauma, tragedia o enfermedad.

Las personas resilientes también son optimistas, se enfocan en las fortalezas personales y son emocionalmente conscientes. Como resultado, tienen una sensación de bienestar y productividad en la vida, independientemente de las implicaciones de la enfermedad crónica. También se cree que cualquier persona puede fortalecer su resiliencia, incluso si ya posee resiliencia ante la adversidad. Al hacerlo, pueden contribuir al avance de la salud, aliviar el impacto de la enfermedad e incluso acelerar y facilitar el proceso de curación.

La conexión con la fe o la espiritualidad también juega un papel importante en la capacidad de una persona para hacer frente, especialmente ante un diagnóstico de enfermedad terminal. Los equipos de cuidados paliativos emplean profesionales de la salud integrales para ayudar a facilitar el crecimiento personal, la resiliencia psicológica y los mecanismos de afrontamiento del paciente. Los profesionales de la salud integradora brindan una serie de herramientas, como masajes, acupuntura, meditación, trabajo de respiración y más, para fomentar una sensación de bienestar. Muchas de estas modalidades se utilizan para reducir los síntomas en cuidados paliativos, como náuseas, dolor, depresión. Además, tales tratamientos pueden proporcionar una sensación de profundo alivio y paz.

Recibir noticias del diagnóstico de una enfermedad crónica nunca es agradable; sin embargo, con un poco de resiliencia y autoconciencia emocional, combinados con un equipo de atención médica integral, es posible no solo sobrellevar la afección, sino también crear paz y prosperar. Permitirse aceptar la noticia es el primer paso. Incluso si no puede aceptar completamente las implicaciones del diagnóstico o el tratamiento, procesar la variedad de emociones asociadas con las noticias es clave para la curación. Cuanto más dispuesta esté una persona a ser resistente y consciente de sí misma, más pronto podrá encontrar una sensación de paz y calma en su proceso de curación.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información

ACEPTAR
Aviso de cookies