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Renee Thompson / Unsplash

Fuente: Renee Thompson / Unsplash

Esta es la primera parte de una publicación de dos partes.

¿Cómo evitas obsesionarte con algo, concentrarte en ello hasta que pierdes el sentido de la perspectiva y tus pensamientos se descontrolan y se convierten en un festival de estrés? Nos sucede a todos, ya sea antes de un gran examen o una entrevista, o mientras enfrentamos pérdidas o eventos estresantes de la vida. Puede parecer que la vida misma se está convirtiendo en un pergamino fatal.

Ethan Kross es un psicólogo experimental y neurocientífico que fundó el Laboratorio de emociones y autocontrol de la Universidad de Michigan. En su último libro, Charla, Kross explica las raíces neurológicas del fenómeno de la voz interior y cómo se vuelve negativa y difícil de controlar como “charla”, y luego presenta investigaciones que demuestran técnicas para superarla. describa los antecedentes de la investigación y los hallazgos que presenta Kross, junto con los signos de cuándo puede estar sufriendo de parloteo. En la segunda parte, compartiré algunas técnicas de terapia de esquemas utilizando la voz interna y las imágenes, que incorporan los principios de Kross. Puede probarlas para superar la charla cuando golpea.

Neurociencia orígenes de tu voz interior

A medida que nuestro cerebro se desarrolla en la primera infancia, estamos aprendiendo a hacer cosas como caminar y usar nuestras manos para hacer cosas, todo el tiempo relacionándonos verbalmente con nuestros cuidadores al escuchar y tratar de hablar. Kross describe este período como uno en el que nuestra memoria de trabajo se está desarrollando: una función cerebral que entreteje completar tareas con aprender a comprender y hablar palabras. Un elemento clave de la memoria de trabajo es lo que Kross llama el bucle fonológico: un vínculo entre cómo escuchamos las palabras y cómo nos decimos palabras a nosotros mismos en nuestra cabeza, comenzando a usar una voz interior. Esto es, para citar a Kross, la «puerta de entrada verbal entre el yo y el mundo». Confiamos en la guía verbal de los cuidadores para aprender a estar en el mundo, utilizando esta puerta verbal. Escuchamos órdenes y orientación de los cuidadores, y aprendemos nuevas palabras para poder hacer las cosas. Escuchamos estas palabras en el mundo, las escuchamos en nuestra cabeza y nos las repetimos a nosotros mismos, desarrollando esa voz interior.

A medida que nuestra memoria de trabajo comienza a involucrar hablar más y más, comenzamos a usar la voz interior para controlarnos, guiarnos y manejarnos. Durante este período, no es inusual decir palabras en voz alta para dirigirnos, tal como escuchamos a nuestros padres dirigirnos. Podemos hablar con nuestros juguetes de la forma en que escuchamos hablar a los adultos, o desarrollar amigos imaginarios. Esta capacidad de usar palabras y pensamientos para manejar las cosas se convierte en lo que llamamos función ejecutiva. En la teoría psicológica, la función ejecutiva es nuestra forma de dirigirnos para hacer las cosas y manejar múltiples tareas a la vez.

Chatter, o la corriente verbal negativa

Los problemas comienzan cuando esta voz interior se vuelve demasiado crítica, demasiado insistente y no se detiene. Esto, explica Kross, es cuando la voz interior pasa de ser una herramienta a una fuente de dolor, una corriente verbal negativa o lo que Kross llama «charla». La charla es cuando la autoguía se convierte en autocrítica, preocupación, negatividad y miedo, lo que provoca un ciclo de retroalimentación que socava nuestro desempeño. Así que tenemos una profecía autocumplida: la preocupación hace que rindamos peor, lo que refuerza las razones para preocuparnos, lo que hace que nuestro desempeño sea aún peor, y entramos en una espiral: Charla. Si la charla cae en una espiral grave de la que es difícil salir, puede convertirse en un problema al nivel de un problema de salud mental. Kross nos recuerda que la depresión, el PTSD y la ansiedad, si bien son diferentes entre sí, comparten la experiencia de una conversación intensa.

Lo más preocupante es que Kross relaciona el parloteo con la respuesta al estrés de nuestro cerebro: cuanto peor es el parloteo, más probable es que se desencadene la respuesta al estrés. La mala noticia es que cuanto más se desencadena nuestra respuesta al estrés, más probable es que desarrollemos síntomas somáticos. Kross señala que los estudios han demostrado que una reacción de estrés fisiológico crónico puede provocar trastornos cardiovasculares, trastornos del sueño e incluso cáncer.

Señales de que estás lidiando con charlas

He traducido las descripciones de la charla de Kross en una colección de síntomas basados ​​en categorías cognitivas, físicas y emocionales.

Signos cognitivos

  • Dificultad para concentrarse
  • Enfoque obsesivo y repetición de malos resultados.
  • Rumiación o repetición de eventos pasados.
  • Preocupación, a través de la imaginación ansiosa de eventos futuros

signos físicos

  • Sintiendo presión en el pecho
  • Ritmo cardíaco/presión arterial alta
  • Problemas gastrointestinales
  • problemas de sueño

Signos emocionales

  • Se irrita/enfada fácilmente
  • Sentir miedo o pavor de bajo nivel
  • Sintiéndose aislado
  • Sentirse impotente o querer rendirse

Ya sea que comience a hablar en respuesta a un evento estresante único, o se dé cuenta de que la conversación es más un problema crónico, notará que estos síntomas se manifiestan en su día.

Por supuesto, podría ver la charla como otra forma de describir los síntomas de ansiedad o pensamiento obsesivo. Pero un énfasis clave que Kross agrega en su libro es la idea de que nuestra voz interior juega un papel crucial en la forma en que procesamos las cosas y cómo esa función cerebral se vuelve loca cuando está estresada. Para este terapeuta de esquemas, todo se trata de la voz y de lo que hacemos con ella.

Entonces, en la segunda parte de esta publicación, compartiré algunas herramientas efectivas y bastante rápidas que puede probar por su cuenta para hacer frente a la charla, utilizando herramientas de distanciamiento de terapia de esquema. Como siempre, si los esfuerzos de autoayuda no son efectivos, debe consultar a un terapeuta para la ansiedad.

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