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Una de las decisiones más difíciles que enfrentan los hijos adultos es cómo cuidar a un padre anciano que está a punto de necesitar ayuda. Muchas personas mayores que padecen problemas mentales o físicos (o ambos) prefieren seguir viviendo solas y no quieren cuidadores a tiempo completo. Sus hijos quieren vigilarlos, especialmente si corren riesgo de caídas, tienen demencia o requieren observación por su seguridad. Pero psicológica y éticamente, ¿cómo pueden hacerlo?

La ética de escuchar

La principal preocupación de los familiares que enfrentan este dilema es el bienestar del familiar que será vigilado. ¿Cómo se sienten al respecto? ¿Cómo lo planteas? ¿Y hay circunstancias en las que el deseo de mantener su seguridad debe triunfar sobre su voluntad?

Muchos niños con padres ancianos deciden discutir primero una amplia gama de opciones. Tal vez un padre consintiera en una cámara en la cocina, o en la sala de estar, en lugar de en el dormitorio o Dios no lo quiera en el baño. También existe la opción de agregar audio, que puede ser una buena forma para que un niño verifique si sus padres están iniciando una comunicación bidireccional, siempre que estén instalados en un área que evitaría recibir llamadas telefónicas. Las cámaras de vigilancia con sensor brindan una posición de compromiso, grabando solo cuando se detecta movimiento en un área determinada de la casa, como cerca de la puerta principal, si un padre es propenso a confundirse y caminar. ejemplo, o en determinadas estancias, como la cocina, donde la falta de movimiento detectado podría ser motivo de alarma.

Es comprensible la justificación para registrar a los padres ancianos confinados en casa. Pero, ¿en qué piensan las personas a las que mirar? La investigación tiene respuestas.

En vivo en video

Un estudio de Bert Bonroy et al (2009) examinó la utilidad de las cámaras de video para capturar las expresiones faciales de incomodidad de los ancianos postrados en cama y dementes.[i] Dado que los pacientes con demencia avanzada pierden la capacidad de comunicarse verbalmente, la lectura de las expresiones faciales puede ayudar a los médicos a mantenerse cómodos al observar los signos de malestar. Usando una herramienta digital de etiquetado de malestar, encontraron que las enfermeras podían reconocer un nivel más alto de malestar del que tendrían sin la herramienta en un paciente de seis.

En el otro extremo del espectro, los estudios han examinado el impacto de las videollamadas de consenso en la atención domiciliaria de los ancianos. Antonia Arnaert y Lucas Delesie (2007) estudiaron el impacto de la atención de enfermería por videoteléfono en las personas mayores confinadas en el hogar.[ii] Al estudiar a 71 de estas personas, con una edad promedio de 72 años, identificaron grupos de participantes del estudio que mostraron una mejora significativa en su funcionamiento, mental, físico y emocional, luego de la atención de enfermería remota. Señalan que sus hallazgos indican el valor de la teleasistencia como un modelo de atención alternativo que puede integrarse con los servicios de atención domiciliaria existentes.

Cuando se trata de videovigilancia continua en el hogar, algunas personas mayores que saben que corren el riesgo de caerse son receptivas a la idea. Sophie Turgeon Londei y col. (2009) exploraron la receptividad de los participantes mayores con antecedentes de caídas a la instalación de un sistema de videovigilancia inteligente (IVS) en su hogar.[iii] Descubrieron que la mayoría de los participantes apoyaban el IVS, la mitad dijo que lo usaría, y el resto expresó renuencia a usarlo a menos que su salud se deteriorara o vivieran solos.

Pero, ¿qué tipo de videovigilancia es apropiado para alguien con demencia en etapa temprana o que es cognitivamente sano pero físicamente frágil? ¿Es apropiado monitorear en secreto a estas personas sin su consentimiento expreso?

Opciones de pesaje a lo largo del tiempo

Muchos niños no instalarían un equipo de grabación secreto en la casa de sus padres sin su conocimiento, considerando tal vigilancia como espionaje. Una mejor opción en este escenario es abordar respetuosamente el tema del monitoreo del hogar, junto con la justificación, a lo largo del tiempo.

Muchas personas mayores que son físicamente frágiles o comienzan a notar los primeros signos de demencia se sienten entusiasmadas con la idea de algún nivel de supervisión a lo largo del tiempo, si eso significa continuar viviendo de forma independiente. El objetivo es equilibrar la seguridad, la protección y la calidad de vida. Debido a que la investigación indica diferentes niveles de receptividad según el tipo de vigilancia utilizada, permitir que las personas mayores tengan voz en la discusión les permite mantener su dignidad, así como su seguridad.

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