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En coautoría con Sarah MacLaughlin, LSW

La diferencia entre el castigo y la disciplina es enorme, pero muchas personas todavía los equiparan. Los cuidadores se benefician enormemente cuando entienden la diferencia y cómo fomentar esto último porque las respuestas de los cuidadores al comportamiento del niño afectan el desarrollo infantil a largo plazo (Korioth, 2018).

Una forma de transmitir la diferencia es compartir el significado de la raíz de cada palabra: disciplina significa “enseñar”, mientras que castigo significa “corregir o causar dolor”. A continuación se describen algunos puntos clave adicionales para ayudar a los cuidadores a comprender las diferencias.

Disciplina:

  • Tiene un impacto a largo plazo en el comportamiento.
  • Enseña a través del modelado, la retroalimentación y el entrenamiento.
  • Se enfoca en el desarrollo de habilidades.
  • Asuma una intención positiva y vea la bondad inherente de un niño.
  • Puede incluir consecuencias naturales o relacionadas/relevantes.
  • Da como resultado que el niño aprenda nuevas habilidades para cumplir con las expectativas apropiadas de desarrollo.

Castigo:

  • Tiene un efecto a corto plazo sobre el comportamiento.
  • Enseña a través del miedo, las amenazas, el abandono y/o el dolor.
  • Se centra en el mal.
  • Supone una intención negativa y, a menudo, incluye el juicio.
  • Puede incluir consecuencias negativas no relacionadas.
  • El resultado suele ser la evitación y/o la vergüenza del niño.

Fuente: Prostock-studio/Shutterstock

Fuente: Prostock-studio/Shutterstock

Como se señaló, si bien el castigo puede extinguir el comportamiento no deseado en el momento, rara vez es efectivo a largo plazo (Korioth, 2018). Los cuidadores pueden necesitar comprender el impacto perjudicial del castigo, especialmente el castigo corporal (físico), para cambiar a enfoques más productivos.

Las investigaciones muestran que el castigo físico no es eficaz para lograr un cambio de comportamiento positivo duradero y, en realidad, tiene el efecto contrario: un resultado de que los niños muestren un comportamiento más negativo (Korioth, 2018). La AAP ha adoptado una postura firme contra las nalgadas debido a su ineficacia y potencial para causar daño (Abbasi, 2019). Sin embargo, los castigos verbales severos, en particular los que provocan vergüenza o humillación, también pueden causar daño (Abbasi, 2019).

Los enfoques de crianza positiva ayudan a los cuidadores a recordar que el castigo no es útil para la enseñanza y que la disciplina debe basarse en la comprensión del desarrollo infantil y la autorregulación de los adultos. Algunas estrategias positivas para guiar el comportamiento del niño:

  • Asegúrese de que las expectativas sean apropiadas para el desarrollo.
  • Modele el comportamiento deseado, incluida la regulación de las emociones.
  • Observe y aprecie cuando los niños se comportan de la manera deseada («atraparlos en el acto»).
  • Deje claros los límites y las expectativas.
  • Mantén límites y haz espacio para las emociones.
  • Ignore el comportamiento no deseado (siempre que sea seguro hacerlo) y redirija al niño.

Los niños prosperan cuando los cuidadores tienen los recursos y las herramientas que necesitan para proporcionar una disciplina que sea proactiva y positiva. Los enfoques de crianza positiva construyen una base sólida para el aprendizaje, el crecimiento y el desarrollo de los niños.