A fines de la década de 1990, la gente estaba encantada con Internet. Fue una época de experimentación e innovación. ¿Recuerdas a Webvan? ¿O cómo WebMD revolucionó la relación médico-paciente al brindar a los consumidores más información sobre su propia salud? También vimos el comienzo de las farmacias en línea.
A principios de la década de 2000, quedó claro que muchas de estas farmacias representaban una grave amenaza para la salud de las personas, ya sea al recetar medicamentos que las personas no necesitaban, al alimentar las adicciones o, a veces, al comercializar un medicamento como otro.
Ingrese a la Ley Ryan Haight o la Ley de Protección al Consumidor de Farmacias en Línea de 2008. Originalmente diseñada para prevenir prácticas de prescripción inseguras e irresponsables, esta ley casi seguramente ha salvado muchas vidas. El desafío es que fue escrito para un momento diferente, antes de la telemedicina y mucho antes de COVID.
Esto es lo que necesita saber y cómo podría cambiar la telemedicina.
¿Qué es la Ley Ryan Haight?
La Ley Ryan Haight establece que las sustancias controladas requieren receta médica y que la persona que emite la receta tiene una relación médico-paciente con el paciente. Esto parece razonable, pero la estrecha definición en la ley de la relación médico-paciente significa que una relación basada en la telemedicina puede ser inadecuada. Esto se debe a que la ley requiere específicamente una “evaluación en persona”.
No hay claridad actual sobre la frecuencia con la que debe realizarse esta evaluación. Por ejemplo, ¿puede un médico evaluar a un paciente en persona una vez y luego continuar prescribiéndole indefinidamente? La falta de esta guía preocupa a los médicos que quieren cumplir con la ley pero que no están seguros de lo que la ley realmente dice. La DEA ha prometido varias revisiones a la ley, pero hasta ahora, ninguna ha sido lo suficientemente amplia como para proteger a los prescriptores.
Excepciones de telemedicina
La ley proporciona algunas excepciones para la telemedicina. Pero debido a que fue escrito antes del advenimiento de la telemedicina contemporánea, estas excepciones no contemplan adecuadamente cómo funciona realmente la telemedicina. Por lo general, solo se aplican a entornos hospitalarios o en el caso de emergencias nacionales de salud pública.
Actualmente no existe una excepción para los proveedores autorizados que proporcionan sustancias controladas a pacientes que no han sido examinados físicamente. Esto es especialmente problemático para los proveedores de salud mental, ya que la atención de salud mental generalmente no requiere un examen físico. Un médico o terapeuta puede realizar virtualmente todas las mismas funciones que realizaría en persona.
La importancia de la telemedicina
La telemedicina es cada vez más crítica para la atención y el bienestar de los pacientes. Algunos de sus muchos beneficios incluyen:
- Acceso a la atención incluso cuando está enfermo. Las personas que necesitan atención de salud mental aún pueden obtenerla, incluso cuando están enfermas o en cuarentena por COVID.
- Mayor accesibilidad. La telemedicina mejora el acceso a la atención al ayudar a los proveedores a llegar a las personas que no pueden asistir a las citas en persona, así como a aquellas que enfrentan barreras, como la ansiedad social, para presentarse en persona.
- Más privacidad. Las citas de telemedicina permiten que las personas se conecten a la atención desde la privacidad de sus propios hogares, lo que puede tranquilizar a las personas que no quieren que los demás sepan que están en terapia.
- Alta eficacia. La investigación muestra consistentemente que la telemedicina funciona.
- Menos estrés. La telemedicina reduce la cantidad de tiempo que lleva buscar atención. Los consumidores ya no tienen que luchar contra el tráfico o tomarse varias horas libres del trabajo. Es un gran complemento para trabajar desde casa.
- Menos agotamiento para los médicos. La telemedicina significa que los médicos también pueden trabajar desde casa. Esto puede significar menos estrés en los desplazamientos, un entorno de trabajo más cómodo y la capacidad de atender mejor a un grupo más amplio de pacientes.
El futuro de la telemedicina
La emergencia de salud pública establecida a raíz de la crisis del COVID-19 puede terminar pronto y, con ella, la amplia asignación que permitió más citas de telemedicina.
Esto podría hacer que los prescriptores regresen a la oficina, al menos a tiempo parcial. Y podría significar que los pacientes tengan que venir para una evaluación inicial. En el Centro de Medicina del Comportamiento de Rochester, planeamos continuar ofreciendo acceso a servicios de telemedicina para tantos pacientes como sea posible. Pero el requisito de evaluación en persona puede limitar el acceso de algunos pacientes, especialmente si viven lejos o enfrentan otras barreras para buscar atención en persona.
Alentamos a los pacientes a informarse sobre esta ley y abogar por un cambio político que consideren que representa mejor sus necesidades, incluido un amplio acceso a la telemedicina.
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