El Remote Associates Test (RAT) ha sido utilizado por psicólogos para evaluar diversas habilidades cognitivas vinculadas a la creatividad. La prueba suele durar 40 minutos y consta de 30 a 40 preguntas, cada una de las cuales presenta tres palabras clave (que parecen no estar relacionadas), pero están unidas por una cuarta palabra, que es la respuesta correcta. Aquí hay un ejemplo:
Cottage / Suizo / Pastel
Respuesta: Queso [cottage cheese, Swiss cheese, cheesecake]
Aquí hay otras cinco muestras para que pruebes por tu cuenta. Las respuestas están al final del artículo.
¿Como hiciste? ¿Encontraste algunos elementos más fáciles que otros? ¿Descubrió uno o dos elementos que eran absolutamente frustrantes y, por lo tanto, irresolubles?
Naturaleza y Creatividad
Hace varios años, se realizó un estudio fascinante con la RAT. Los investigadores estaban interesados en determinar si había alguna conexión entre la exposición a la naturaleza y la creatividad.
Seleccionaron a 56 estudiantes de Outward Bound, tanto hombres como mujeres, y los dividieron en dos grupos. El primer grupo tomó la Prueba de Remote Associates antes de realizar excursiones de senderismo de cuatro días en Alaska, Colorado o Maine. El segundo grupo hizo la prueba después de haber pasado cuatro días por los senderos de Alaska, Colorado o Washington.
Los resultados estaban comenzando: los participantes que tomaron la prueba después de cuatro días en entornos naturales mostraron una mejora del 50 por ciento en sus puntajes de creatividad. ¡Sí, el 50 por ciento!
Los investigadores concluyeron que “existe una ventaja cognitiva real y medible que se puede obtener si pasamos tiempo verdaderamente inmersos en un entorno natural. El trabajo actual demuestra que las habilidades cognitivas de orden superior mejoran con la exposición sostenida a un entorno natural”.
Ruth Ann Atchley, psicóloga cognitiva y una de las investigadoras de este proyecto, señala que los humanos de hoy en día se ven acosados por una gran cantidad de distracciones y amenazas mentales. Ella afirma: “Agotan nuestros recursos para hacer el pensamiento divertido y la cognición que los humanos son capaces de hacer, cosas como la creatividad, o ser amable y generoso, junto con nuestra capacidad de sentirnos bien y estar de buen humor. La naturaleza es un lugar donde nuestra mente puede descansar, relajarse y soltar esas respuestas de amenaza. Por lo tanto, nos sobran recursos —para ser creativos, imaginativos, para resolver problemas— que nos permiten ser mejores personas felices que se relacionan de una manera más productiva con los demás”.
Fuente: Jatocreate/Pixabay
Recuerde los momentos de su juventud cuando se escapó a un entorno tranquilo (una casa en un árbol, un fuerte en el bosque, un arroyo que fluye lentamente) solo para estar solo; solo para contemplar un evento en tu vida o una decisión que tuviste que tomar. Puede que hayas recordado cómo las cosas parecían ir más despacio, cómo el aire se volvía pacífico y contemplativo. Tu mente se aquietó, tu pulso bajó y tus pensamientos se volvieron hacia adentro.
Sin todas las distracciones habituales, tal vez pudiste volver a concentrarte y recargar energías. Se detuvo el bombardeo de estímulos y se redujeron los límites de tu pensamiento. Un «espacio amplio y abierto» (también conocido como «naturaleza») le ofreció una oportunidad sin restricciones para pensar y, quizás, para resolver.
Robin Moore, experto en el diseño de entornos de aprendizaje, ha escrito que estos escenarios naturales son esenciales para el desarrollo saludable del cerebro porque estimulan todos los sentidos e integran la imaginación en actividades relajantes. Según Moore, las experiencias multisensoriales en la naturaleza ayudan a las personas a construir «las construcciones cognitivas necesarias para un desarrollo intelectual sostenido» y estimulan la imaginación al proporcionar tanto a niños como a adultos el espacio libre y los materiales para lo que él llama «arquitectura y artefactos». También enfatiza que “los espacios y materiales naturales estimulan la imaginación y sirven como medio para la inventiva y la creatividad”.
Más naturaleza, más creatividad
En definitiva, la naturaleza excita nuestros impulsos creativos. La naturaleza nos impulsa hacia estados imaginativos de la mente y formas dinámicas de abordar el mundo.
Considere a nuestros primeros ancestros humanos que evolucionaron en el este de África hace más de dos millones de años. El suyo era un entorno desconocido, uno que exigía soluciones creativas a una miríada de desafíos. Rastrear una manada de bestias peludas, asegurar una habitación que ofreciera refugio y seguridad, y sobrevivir a las variaciones climáticas que eran aleatorias y, a menudo, peligrosas requería una multitud de decisiones y soluciones creativas. No todos funcionaron, pero en términos evolutivos, lo suficiente para asegurar que la especie pudiera expandirse y poblar la gran mayoría del planeta. Para sobrevivir en la naturaleza, el Homo sapiens necesitaba soluciones creativas, aprendidas durante cientos de generaciones, que los impulsaran tanto física como intelectualmente.
La evidencia sugiere claramente que el tiempo pasado en la naturaleza tiene un efecto benéfico muy positivo y decidido en nuestras inclinaciones creativas. Tanto para niños como para adultos, ciertamente hay investigaciones empíricas junto con anécdotas para respaldar esa noción. Si ese es el caso, entonces debemos hacernos una pregunta crítica: ¿Por qué estamos reduciendo la cantidad de tiempo que pasamos al aire libre?
Respuestas a las cinco preguntas RAT: 1. Escuela, 2. Carro, 3. Perro, 4. Rápido, 5. Sol
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