“No son los eventos los que perturban a las personas, son sus juicios sobre los eventos”.
― Epicteto, Discursos y Escritos Seleccionados
“Nada es bueno o malo, pero el pensar lo hace así.”—Shakespeare
“Nadie puede insultarte sin tu permiso.”—Eleanor Roosevelt
«Palos y piedras pueden romper mis huesos, pero las palabras nunca me harán daño». —GF Northall
Si aplicas este principio a tus emociones, significa que eres el gobernante férreo de tus emociones. Nadie más puede hacerte sentir de una manera particular. Solo tu puedes. El resultado final al lidiar con los insultos y otros desaires consiste en negarse a sentirse lastimado cuando lo insultan, y no usarlos en su contra. Tenga en cuenta que los insultos solo consisten en palabras y las palabras de alguien no pueden lastimarlo. Solo usando tus propias palabras contra ti mismo, menospreciándote o condenándote a ti mismo puedes lograr esta cobarde hazaña.
Estudie este ejercicio de tres minutos para ver cómo funciona:
A. (Evento activador): Mi hermano, Jonny, me llamó idiota.
B. (Creencia irracional): Necesito su aprobación. No soporto que me traten de esta manera.
C. Herido.
D. ¿Cuál es la evidencia, los datos o la lógica que prueba que necesito su aprobación y que no soporto que me traten mal?
E. No hay evidencia que respalde mi idea de que la aprobación de Jonny es una necesidad extrema. Aunque prefiero enfáticamente tener su aprobación, no la necesito en absoluto. Es extremadamente decepcionante y frustrante ser criticado de esa manera, pero nunca horrible, terrible u horrible. Es incómodo que te insulten, pero he sobrevivido a la incomodidad en el pasado y lo sobreviviré en el futuro. Todavía puedo aceptarme incondicionalmente a mí mismo y a mi vida sin su aprobación. Jonny pensar bien de mí no es el principio y fin de mi vida.
F. Decepcionado por las palabras negativas de Jonny; no duele.
Cuando te traten de forma degradante, niégate a tomártelo muy en serio. No uses las palabras de tu antagonista en tu contra.
Sentirse herido comienza con una demanda sobre ti mismo: «Debo hacerlo bien y obtener aprobación, de lo contrario no soy bueno. Es horrible, terrible, horrible. Me llamó idiota y no puedo soportarlo».
Esto no quiere decir que esté bien exigirle a alguien. No es. Es una mala manera de tratar a otro ser humano. Además, no significa que cuando alguien te insulte, no te sientas mal; o si te sientes herido, que es fácil evitar que te sientas así. Implica desarrollar una nueva perspectiva de autoaceptación incondicional, aceptación incondicional de los demás y aceptación incondicional de la vida.
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