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Vivimos en una sociedad individualista donde cada persona es especial y se siente capaz de cambiar el mundo. Pero la verdad es que todos somos parte de un sistema más grande. Este sistema más amplio incluye a nuestra pareja, nuestros hermanos, nuestra familia, nuestra comunidad, nuestra sociedad, nuestro país y, en última instancia, nuestra especie.
Una de las formas más efectivas que he encontrado para ayudar a las personas a cambiar su relación es con la terapia sistémica.
El enfoque sistémico
En términos muy generales, el enfoque de sistemas ve a los individuos como partes fundamentalmente interdependientes de un sistema más amplio. Los sistemas son siempre sinérgicos y más grandes que las personas que los componen. Estos sistemas siempre oscilan entre el equilibrio (homeostasis) y el desequilibrio.
Homeostasis
Como cualquier organismo biológico, los sistemas siempre apuntan a la homeostasis (o equilibrio). Este equilibrio se mantiene mediante roles complementarios que asumen los individuos que aseguran la estabilidad. Para mantener la homeostasis, los sistemas se basan en circuitos de retroalimentación que aseguran que cualquier alteración del interior o del exterior del sistema se corrija automáticamente a la homeostasis.
¿Cuáles son las relaciones en la terapia sistémica?
Vistas sistémicamente, las relaciones son esencialmente patrones que se repiten una y otra vez. Juntos, la mayoría de los socios asumen roles complementarios que permiten y mantienen la homeostasis. Por ejemplo: perseguidor / distanciador, padre abajo / arriba, o sobre / deficiente funcionamiento.
Motivaciones personales en el rol sistémico
Debido a la naturaleza sistémica de su función, el concepto de ganancias y pérdidas secundarias es útil para determinar las motivaciones del cambio.
Pérdidas secundarias
Las pérdidas secundarias son los «impuestos» inevitables que paga debido a su papel en el sistema.
- Estas pérdidas pueden ser internas (desconfianza) o externas (burla de la pareja).
- Puede haber una falta de algo (no cooperación) o la existencia de algo (más desprecio por parte de la pareja).
- El socio que está más satisfecho con la homeostasis actual suele estar ciego a las pérdidas secundarias en su función.
- El socio que «más sufre» suele ser muy consciente de sus pérdidas secundarias.
Ganancias secundarias
Las ganancias secundarias son los “beneficios” inevitables del rol, ya sea que sean conscientes de ello o no.
- Al igual que las pérdidas secundarias, las ganancias pueden ser internas o externas.
- Las ganancias pueden ser la existencia de algo bueno (por ejemplo, el adicto al trabajo gana respeto y dinero). Otras veces, las ganancias son la protección contra el dolor o el miedo (el adicto al trabajo está protegido de la vulnerabilidad de su pareja).
- El socio más quejumbroso a menudo ignora, niega o desconoce sus beneficios secundarios.
- El socio con más beneficios secundarios será el que se resista más al cambio sistémico.
Algunas conclusiones de pérdidas y ganancias secundarias
- Los dos socios que permanecen en homeostasis tienen ganancias y pérdidas secundarias.
- Ambos socios mantienen activamente el impulso a través de su comportamiento (sus pies), independientemente de lo que digan (su boca).
- En cada cambio que realice, siempre perderá algunas de sus ganancias y mejorará algunas de sus pérdidas.
- Como les digo a mis clientes: “Nunca eres 100% ‘culpable’ pero nunca 100% ‘inocente’ de responsabilidad por la dinámica de tu relación actual.
Si el sistema siempre vuelve a la homeostasis, ¿cómo es posible el cambio sistémico?
En la terapia sistémica, hay dos tipos de cambio: cambio de primer y segundo orden. Los dos tipos de cambio son legítimos y generan reacciones diferentes dentro del sistema.
Cambio de primer orden: la solución es el problema
El cambio de primer orden se refiere a «más o menos de lo mismo». Es de sentido común, el comportamiento natural cambia que haces.
- Los cambios de primer orden son intentos de interrumpir la homeostasis, pero generalmente son revertidos, ignorados o resistidos por un ciclo de retroalimentación que lo lleva de regreso a la homeostasis original (y roles predeterminados).
- A menudo, estas soluciones solo consolidan aún más la dinámica actual al provocar la resistencia de los miembros del sistema en sus intentos de ceñirse a la realidad actual.
- A veces, sin embargo, los cambios de primer orden pueden conducir a un cambio más profundo en el sistema. Este tipo de cambio es lo que las parejas intentan antes de recurrir a la terapia y, en la mayoría de los casos, lo que esperan de la terapia.
Cambio de segundo orden: sin aplausos por este cambio
Esta es una transformación conceptual, en la que abandona su función, lo que resulta en una interrupción importante del sistema.
- Este cambio es más que un simple cambio de comportamiento y desafía los roles que cada socio ha desempeñado tradicionalmente en la relación.
- Suele requerir un movimiento «irracional», ya que rompe el razonamiento interno y el equilibrio del sistema. Por tanto, estos cambios pueden parecer extraños o inesperados.
- Los cambios de segundo orden crean rupturas en el sistema, ya que obligan a su pareja a cambiar su propio rol cuando se rompen los roles complementarios habituales.
- Por eso «¡no hay aplausos por el cambio de segunda categoría!» «
¿Cómo hacer cambios de segundo orden?
La buena noticia es que puede realizar cambios sistémicos de segunda categoría incluso por su cuenta, aunque se necesita determinación y diferenciación para alimentar los circuitos de retroalimentación en su sistema actual.
Si persiste con los cambios de segundo orden, con el tiempo el sistema volverá a una nueva homeostasis. El que más se adecue a tu realidad actual. Este equilibrio se mantendrá hasta que uno de los socios comience a iniciar un nuevo cambio de segundo orden en la relación. Y así se desarrollan las relaciones (sistemas) a lo largo del tiempo: equilibrio, desequilibrio, equilibrio y desequilibrio.
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