Cuando ve que el peso de un ser querido se dirige en una dirección físicamente peligrosa, ya sea más alto o más bajo, naturalmente quiere ayudarlo. Pero es difícil saber cómo ayudar porque el peso, para la mayoría de las personas, es un tema muy delicado.
La idea de la autoestima se enreda en el peso. Esto hace que sea difícil decirle a un ser querido que está «demasiado gordo» o «demasiado delgado». Sin mencionar el hecho de que las conversaciones francas sobre el peso pueden tener el efecto contrario al deseado. Las personas pueden llegar a pesos extremos, en parte para escapar de los sentimientos de autodesprecio, pero abordar el problema del peso aleatorio puede alimentar aún más los sentimientos de autodesprecio, haciendo que su ser querido continúe con el ciclo. Entonces, ¿por dónde empezar?
A continuación se presentan algunos pros y contras que me han resultado útiles cuando hablo sobre el peso con pacientes y amigos.
Cosas que no debes hacer
1. No uses la vergüenza.
La vergüenza puede obligar a su ser querido a comer sano (o restringir la comida) frente a usted, pero no crea un cambio a largo plazo. De hecho, es probable que la vergüenza promueva exactamente los comportamientos que usted espera que ayuden a evitar a su ser querido. Ejemplos de declaraciones humillantes son: “Ya no me atraes” o “Ya ni siquiera puedes ponerte la ropa. Muchas personas que usan la vergüenza piensan que les dará una llamada de atención bien intencionada, pero la vergüenza rara vez crea un cambio duradero.
2. No fuerces el problema.
Al abordar el tema del peso, déle a su ser querido suficiente espacio. Si no quiere hablar contigo sobre su peso, déjalo ir. Hablar de su peso es un asunto extremadamente personal y delicado. Es posible que deba hacerse lentamente, con el tiempo. Y recuerde, el hecho de que su ser querido no quiera hablar con usted sobre su peso no significa que no lo piense ni lo hable en otra parte.
3. No encuadre la discusión en torno al peso y la comida.
Mantenga la discusión enfocada en la salud. Las frases que enfatizan el cuerpo o los hábitos alimenticios de la persona pueden hacer que su ser querido se sienta a la defensiva. Evite decir cosas como «Sigues aumentando de peso» o «Noto que comes por la noche después de haber cenado». Es tentador hablar sobre los detalles que le llevaron a preocuparse por el peso, pero trate de mantener la conversación centrada en el problema real: su preocupación por su salud y calidad de vida en general.
4. No ofrezca pistas «útiles» para perder peso.
Es difícil, especialmente si usted mismo ha perdido peso. Sin embargo, recuerde que su ser querido probablemente esté bastante familiarizado con las estrategias estándar de pérdida de peso y, además, el problema probablemente sea más complejo que los consejos sobre dieta y ejercicio. Cíñete a hablar sobre tu amor y preocupación por él personalmente. No se concentre en cómo él o ella puede o debe lograr la meta.
5. No vigile su dieta o ejercicio.
¡Trate de no comentar sobre los comportamientos sensibles al peso de su ser querido, ya sean buenos o malos! Puede parecer contradictorio, pero cualquier comentario específico sobre el comportamiento crea una dinámica en la que usted es «el perro guardián». Si su ser querido cree que existen algunos controles y contrapesos que ayudarían, anímelo a contratar profesionales. Los entrenadores de fitness y dietistas están capacitados para monitorear, alentar Y establecer límites según sea necesario: ¡deje que estos profesionales sean los malos! Una vez que comienzas a vigilar, te preparas para convertirte en el «policía malo», lo que puede complicar las relaciones personales.
6. No juzgues.
Esto incluye destacar cómo la sociedad ve a las personas de peso extremo. Te lo prometo, tu ser querido es muy consciente de este hecho, y nadie juzga a esta persona con más dureza de lo que se juzga a sí mismo.
Cosas para hacer
1. Recuerde que es posible que su ser querido ya esté avergonzado.
Incluso si su ser querido bromea descaradamente sobre su peso, eso no significa que se sienta cómodo con su cuerpo. Sea sensible y reflexivo con sus palabras y su enfoque. Recuerde que este tema puede ser muy doloroso y causar vergüenza.
2. Hable sobre la salud y los sentimientos.
Nuevamente (porque es extremadamente importante), frases como «Estoy tan preocupado por tu presión arterial alta» o «No quiero perderte ni ver cómo se deteriora tu salud» son formas útiles de comunicar que tu preocupación proviene de un lugar de amor.
3. Habla con amor y respeto.
Dígale a su ser querido que lo ama por lo que es. PERÍODO. Dígales que está tratando de hablar con ellos porque quiere que vivan la vida más feliz y saludable posible.
4. Utilice la empatía.
Trate de pensar en un área de su vida a la que sea particularmente susceptible, tal vez sea su educación, la forma en que gasta su dinero o sus relaciones difíciles. ¿Cómo le gustaría que alguien se acercara a usted sobre este tema tan sensible y doloroso? Cuando hable, ofrezca mucho amor y apoyo. Hablar con su ser querido sin empatía o compasión genuinas por su lucha solo lo alejará.
5. No mire más allá de la falla.
Si bien el peso de su ser querido puede parecer una simple cuestión de motivación y autocontrol, puede que no lo sea. Su ser querido puede tener un trastorno alimenticio o una condición física que le haga subir o bajar de peso, y puede necesitar ayuda profesional para ayudarlo en su camino hacia la salud. Trate de evitar que parezca que está atribuyendo la culpa y la culpa al enmarcar su discusión en términos de apoyo y ayuda.
Hablar de peso nunca es fácil. No importa lo que hagas o digas, en última instancia, depende de tu ser querido decidir cómo llevarlo a cabo. Recuerde que incluso si su ser querido se lastima al principio, eso no significa que no pueda escucharlo. Use la sensibilidad y el amor y, lo más importante, déle a su ser querido respeto y espacio para encontrar su propio camino.
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