Los años de la adolescencia son poderosos y cambian el cerebro, y pueden presentar oportunidades.
Imagine la vida con sus hijos adolescentes cuando estén menos irritables, sean más razonables y lógicos, y puedan responder reflexivamente (no reactivamente), cuando se sientan heridos, enojados o frustrados. Con estos cambios en su autogestión emocional, podría recuperar sus relaciones positivas, alegres y de apoyo.
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Una forma de hacerlo es ayudar a los adolescentes a comprender que las estructuras que cambian rápidamente en sus cerebros promueven tiempos tumultuosos que pueden resultar en cambios de humor impredecibles y algunas decisiones lamentables. Cuando comparte este conocimiento, puede impactar poderosamente el optimismo y los esfuerzos de su adolescente para tomar el control de sus respuestas emocionales. La vida de ambos será menos estresante cuando estén empoderados para lograr la autogestión emocional.
Lo que sus adolescentes necesitan saber sobre los cambios que ocurren en sus cerebros.
Cuando saben lo que está pasando en sus cerebros, que los cambios neuronales los impulsan a actuar, tomar riesgos o resistirse a hacer el trabajo escolar, pueden esforzarse por hacerse cargo de sus sentimientos y vidas. No puede mantener todo el estrés fuera de sus vidas, pero puede ayudarlos a desarrollar desvíos alrededor de los obstáculos inducidos por el estrés para sus emociones y acciones positivas.
Los adolescentes necesitan saber que sus cerebros reactivos e involuntarios, particularmente en un estado de alto estrés, activan reacciones primitivas de supervivencia. Estos comportamientos de lucha, huida o inmovilización en un estado de alto estrés a menudo se interpretan como una actuación deliberada, distracción o pereza. De hecho, los adolescentes deben comprender que el programa automático de supervivencia de sus cerebros está diseñado para reaccionar rápidamente, no siempre de forma lógica, en condiciones de mucho estrés.
Además, los cambios de humor emocionales son una parte natural de su desarrollo adolescente. Desafortunadamente, este resultado de las respuestas reactivas de supervivencia del cerebro puede resultar en que se culpe a los adolescentes por sus sentimientos y se etiqueten negativamente sus personalidades.
Estos son algunos ejemplos de lo que puede decirles a sus hijos adolescentes para ayudarlos a tomar conciencia de que no son lo que dicen sus etiquetas (perezosos, poco cooperativos, desmotivados o voluntariamente desobedientes) y generar motivación para tomar medidas:
- “Hay un obstáculo en lo profundo de tu cerebro que controla tus respuestas emocionales. La estructura se llama amígdala”.
- “Cuando experimenta mucho estrés, la amígdala se vuelve hiperactiva y bloquea el flujo de información que entra y sale de su cerebro pensante superior (corteza prefrontal), donde se toman decisiones reflexivas”.
- “Cuando la amígdala está estresada, corta la comunicación entre sus funciones ejecutivas de autocontrol y sus respuestas reflexivas. Los sistemas de control emocional y de acción son asumidos por su cerebro orientado a la supervivencia. En ese momento, este sistema automático de supervivencia toma el control de lo que dices y haces”.
- “En momentos de mucho estrés, cuando su cerebro está haciendo lo que está programado para sobrevivir, otros pueden interpretar sus acciones como intencionales. Para otros, puede parecer que estás eligiendo ser perezoso, irresponsable o intencionalmente disruptivo, o que tienes poca inteligencia”.
Mirando hacia atrás para guiar un futuro mejor
Durante los momentos de calma, y con su permiso y deseo de cambiar, desarrolle su conciencia sobre los tipos de situaciones en las que experimentaron tanto estrés que tomaron decisiones de las que se arrepintieron. Aquí hay algunos ejemplos que puede usar para comenzar.
Reacciones comunes de los adolescentes: aunque intentan prestar atención, los adolescentes bajo estrés, ya sea por hambre, cansancio o agitación emocional, no tienen acceso a sus mejores estrategias para permanecer atentos.
Impresiones incorrectas: El estudiante no se preocupa por aprender, es demasiado perezoso para esforzarse o está disperso, sin el deseo o la capacidad de enfocar su atención.
Construyen sus centros de control emocional
Guiar a sus hijos adolescentes para que sean más reflexivos y tranquilos puede parecer abrumador, pero puede ayudarlos a construir las redes neuronales de las funciones ejecutivas necesarias para que tomen el asiento del conductor en el manejo de sus emociones.
A medida que los ayuda a comprender la rápida y tumultuosa reorganización que está teniendo lugar en sus cerebros, los adolescentes pueden perdonarse más a sí mismos acerca de por qué no siempre toman las mejores decisiones. Cuando pueden identificar las fuentes de su estrés, pueden aprender a tomar medidas para evitar las reacciones negativas automáticas de su cerebro y ser más reflexivos en sus elecciones.
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Autoinventario de control emocional
Al pensar en los momentos en que el estrés puso a cargo sus cerebros de supervivencia, pueden recopilar un inventario de conciencia sobre los comportamientos reactivos pasados de los que se arrepienten.
Con lógica, no culpando, ayúdelos a recordar elecciones pasadas que les hubiera gustado evitar. Estos pueden incluir decir mentiras, dañar las pertenencias de otros, culpar a otros por las cosas malas que hicieron, tomar decisiones lamentables, ignorar las precauciones de seguridad, burlarse o decir cosas hirientes, o no defender a alguien que fue intimidado.
Pídales que consideren las situaciones más frecuentes o angustiosas que los estresan y resultan en acciones reactivas, no reflexivas, por las cuales han sido criticados:
- Tratar de prestar atención, pero perder el enfoque cuando está estresado por el hambre, el cansancio o la agitación emocional.
- Responder mal las preguntas cuando te las hacen frente a toda la clase, a pesar de que sabes las respuestas, pero fallar porque estás demasiado nervioso para acceder a ese recuerdo.
- Olvidarse de hacer una asignación o tarea que había planeado porque su cerebro reactivo se vio envuelto en una pelea que tuvo con su amigo, o porque estaba molesto por algo que alguien le dijo a usted o sobre usted.
Ayudándolos a construir una gestión emocional «de arriba hacia abajo»
Anticiparse a los desencadenantes potenciales que enfrentarán ese día o semana, alerta a sus cerebros superiores de que viene algo a lo que quieren responder cuidadosamente. Con las estrategias que han desarrollado para usar cuando el estrés se hace cargo, la advertencia anticipada les da a sus cerebros la oportunidad de forjar elecciones más reflexivas.
Cuando se dan cuenta de lo que está sucediendo con la respuesta de estrés de su cerebro, pueden echarse la culpa por algunas de las malas decisiones o acciones que tuvieron lugar cuando sus cerebros no estaban bajo su control reflexivo. Pueden avanzar hacia la autoconciencia necesaria para tomar decisiones reflexivas y responsables.
Anime a sus hijos adolescentes a reflexionar y contarle los resultados positivos y/o mejores sentimientos que experimentan a partir de sus esfuerzos por controlarse a sí mismos. Cuanto más a menudo reflexionen sobre los resultados positivos de sus esfuerzos, más fuerte será su motivación para usar sus herramientas para enfrentar los desafíos futuros.
Resultados óptimos
Con comprensión, los adolescentes pueden darse cuenta de que, si bien sus cerebros tienen un sistema fuerte, automático y negativo de respuesta al estrés, tienen el poder de adoptar un control reflexivo y una gestión emocional de arriba hacia abajo.
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