Las ideas que toman vuelo también requieren tiempo.
Fuente: Frank Winkler/Pixabay
Por un momento, considere todos los artículos que la gente usa en un día. Comience con un cepillo de dientes, peine, cafetera, refrigerador y protector solar antes de ir a la playa. La lista, al menos para mí, es alucinante. Disminuir la velocidad y pensar realmente en los elementos puede ser fascinante.
Al pensar en estas maravillas cotidianas, dejemos de lado la tecnología. Sí, olvídate de internet y todo lo relacionado con internet por un momento. Sin búsquedas en Internet, sin podcasts, sin aplicaciones de citas, sin videojuegos y sin servicio de transmisión. Agregue inteligencia artificial a la lista también. El portátil o el smartphone que estás usando en este momento… haz como si no existiera. Y no importa el metaverso.
Entiendo… concebir un mundo así es casi inimaginable.
Ahora déjame hacerme una pregunta: ¿Qué son? ¿Cuáles son los productos comunes en los que nunca piensas dos veces que siguen sorprendiéndote? Podrían ser grandes cosas o artículos comunes. Quizás fueron creados en 2020. Quizás fueron inventados hace siglos.
Se me ocurren tres cosas:
1. Aviones: ¿cómo despegan del suelo? Los aviones transformaron el mundo de las personas en un período de tiempo relativamente corto. El vuelo de los hermanos Wright en 1903 es bien conocido hoy en día, pero no obtuvieron su crédito oficial por transformar los viajes hasta 1942 (The Associated Press, 1942). Durante 28 años, la Institución Smithsonian reconoció a Samuel P. Langley por su «aeródromo», luego cambió de rumbo para reconocer a los hermanos Wright por «los primeros vuelos sostenidos en una máquina más pesada que el aire» en Kitty Hawk, Carolina del Norte. El secretario del Smithsonian ofreció una disculpa a Orville Wright, quien había enviado el avión original a Inglaterra 14 años antes después de no recibir el debido crédito.
2. Lentes de contacto: ¿cubiertas de plástico para la superficie de los ojos que ayudan a las personas a ver el mundo? Me sigue aturdiendo. La idea de algún tipo de vidrio redondeado para ayudar a las personas con problemas de visión se remonta al menos a 1827 cuando John Herschel, un científico inglés, propuso que la gelatina animal colocada en una cápsula de vidrio podría reparar una córnea irregular (Engber, 2014).
3. Limpiaparabrisas: este invento proviene de Mary Anderson, a quien se le ocurrió la idea durante una visita a la ciudad de Nueva York a principios del siglo XX. ¿El ingrediente clave? Nieve. Al darse cuenta de que los conductores de tranvías tenían que abrir la ventanilla para ver o detenerse periódicamente para quitar la nieve de los parabrisas, patentó el primer dispositivo efectivo para limpiar las precipitaciones en 1903 (National Inventors Hall of Fame®, 2019).
La vida nos rodea con ideas innovadoras, e historias maravillosas, que se transformaron en productos, y me hace preguntarme sobre las historias emocionantes e intrigantes que vendrán. En este mismo momento, alguien o algún equipo de personas está refinando algo nuevo para agregar a esa lista de “¿Cómo viví sin…?”
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