La tristeza es una emoción primaria que se expresa y se percibe por igual en todas las culturas. Las emociones básicas como la ira, la felicidad y la tristeza son innatas y universales.
Comprender las emociones básicas en la música es muy rápido y no requiere entrenamiento musical. Por ejemplo, escuchar una interpretación triste de violonchelo puede inducir un verdadero estado de tristeza en el oyente.
Las claves musicales más importantes para la expresión de la tristeza en la música occidental incluyen un tono general más bajo, un tempo más lento, el uso de un modo menor, timbres sordos y oscuros y una interpretación menos contundente (Juslin, 2013).
La tristeza generalmente se ve como una emoción negativa. Pero tendemos a encontrarlo agradable en un contexto estético, lo que se conoce como la paradoja de disfrutar de la música triste. ¿Cuál es la naturaleza del placer que las personas obtienen al escuchar música triste?
La evidencia acumulada sugiere que el placer en respuesta a la música triste está relacionado con una combinación de los siguientes factores (Eerola, et al., 2018; Sachs et al 2015).
1. Nostalgia. La música triste es un poderoso detonante de los recuerdos nostálgicos de una época pasada. Una revisión tan reflexiva de los recuerdos nostálgicos puede mejorar el estado de ánimo, especialmente si los recuerdos se relacionan con momentos cruciales y significativos de la vida (es decir, la escuela secundaria, la universidad). Saboreamos la dulzura de estos recuerdos a través de vívidas imaginaciones. Hay un cierto sentimiento al recordar los buenos tiempos, así como la tristeza de que los extrañaste.
2. Emoción indirecta. La música genera emociones indirectas en los oyentes sin implicaciones reales. La música ayuda a canalizar la frustración o purgar emociones negativas como la ira y la tristeza. Es catártico. Cuando escuchamos música triste (o vemos una película triste), estamos desconectados de cualquier amenaza o peligro real que la música (o la película) represente. Cuando lloramos por la belleza de la música triste, experimentamos un aspecto profundo de nuestro ser emocional (Kawakami, et al., 2013).
3. Prolactina. Biológicamente, la música triste está relacionada con la hormona prolactina. que se asocia con el llanto y ayuda a controlar el dolor (Huron, 2011). La música triste hace que el cerebro inicie una respuesta compensatoria normal liberando prolactina. En ausencia de un evento traumático, el cuerpo se queda con una agradable mezcla de opiáceos sin ningún lugar adonde ir. La prolactina produce sensaciones de calma para contrarrestar el dolor mental.
4. Empatía. La empatía juega un papel importante en el disfrute de la música triste. La empatía se puede definir en términos generales como un proceso mediante el cual podemos entender y sentir por lo que está pasando otra persona. Es probable que las expresiones de tristeza y dolor obtengan apoyo y ayuda de los demás. Asimismo, escuchar música triste puede despertar preocupación empática en quienes tienen una fuerte disposición empática.
5. Regulación del estado de ánimo. La música triste produce beneficios psicológicos a través de la regulación del estado de ánimo. La música triste permite al oyente desconectarse de situaciones angustiosas (ruptura, muerte, etc.) y, en cambio, centrarse en la belleza de la música. Además, las letras que resuenan con la experiencia personal del oyente pueden expresar sentimientos o experiencias que quizás uno no pueda expresar.
6. Un amigo imaginario. La música tiene la capacidad de brindar compañía y comodidad. Las personas tienden a escuchar música triste con más frecuencia cuando están emocionalmente angustiadas o solas, o cuando están en un estado de ánimo introspectivo. La música triste se puede experimentar como un amigo imaginario que brinda apoyo y empatía después de experimentar una pérdida social. El oyente aprecia la mera presencia de una persona virtual, representada por la música, que está en el mismo estado de ánimo y puede ayudar a sobrellevar los sentimientos de tristeza.
En resumen, la música tiene la capacidad probada de afectar las emociones, el estado de ánimo, la memoria y la atención. El poder emocional de la música es uno de los principales motivadores de las personas que le dedican tanto tiempo, energía y dinero (Juslin, 2013).
La capacidad de la música para expresar emociones es también el motivo de su aplicación en la musicoterapia. Conocer las formas en que la música triste se vuelve agradable puede informar las prácticas de musicoterapia existentes para los trastornos del estado de ánimo.
Lectura esencial sobre la depresión
La principal forma en que nos afecta escuchar música es alterando nuestra respuesta al estrés. Por ejemplo, en un estudio, los participantes fueron asignados al azar para escuchar música o tomar medicamentos contra la ansiedad. Los pacientes que escuchaban música tenían menos ansiedad y menos cortisol que las personas que tomaban drogas. Podría decirse que la música es más barata que las drogas, es más agradable para el cuerpo y no tiene efectos secundarios (Finn y Fancourt, 2018).
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