«Ten paciencia con todas las cosas, pero sobre todo ten paciencia contigo mismo». —Saint François de Sales
Todos los días hay muchas buenas razones para sentirse frustrado. Otra larga fila. Telemarketers. Una meta no se materializa «lo suficientemente rápido». La gente no está haciendo lo que se supone que debe hacer. Rechazo. Decepción. ¿Cómo lidias con todo esto? Puede volverse loco, comportarse de manera irritable, sentirse como una víctima o intentar forzar un resultado, todas reacciones autodestructivas que alienan a los demás y sacan lo peor de ellos. O puede aprender a transformar la frustración con paciencia.
Como psiquiatra, ayudo a otros a entender que la paciencia no significa pasividad o resignación, sino poder. Es una práctica emocionalmente liberadora esperar, observar y saber cuándo actuar. Para muchas personas, cuando dices «ten paciencia», parece irrazonable, inhibidor e injusto el bloqueo de goles. Por otro lado, presento la paciencia como una forma de compasión, una forma de encontrar tu centro en un mundo lleno de frustración.
En mi nuevo libro sobre cómo lograr la libertad emocional, hablo de cómo transformar la frustración con paciencia. Para dominar la frustración, comience por evaluar su papel actual en su vida, cuánto limita su capacidad para ser feliz. El siguiente cuestionario le permitirá saber dónde se encuentra ahora para que pueda ser más libre al desarrollar su paciencia.
Prueba de frustración: ¿Cuán frustrado estoy?
Para determinar su éxito al lidiar con esta emoción, pregúntese:
- ¿Me siento frustrado e irritable a menudo?
- ¿Suelo responder a la frustración maldiciendo o culpando a los demás?
- ¿Curo las decepciones por mi cuenta con comida chatarra, drogas o alcohol?
- ¿Mis reacciones hieren los sentimientos de los demás?
- Una vez que la frustración ha pasado, ¿me siento generalmente incomprendido?
- Durante un duro día de trabajo, ¿tiendo a perder los estribos?
- Cuando estoy decepcionado, ¿a menudo me siento indigno o me gusta rendirme?
Responder «sí» a cinco o siete preguntas indica un nivel extremadamente alto de frustración. De tres a cinco respuestas afirmativas indican un nivel alto. Dos respuestas «sí» indican un nivel moderado y un «sí» indica un nivel bajo. Cero «sí» sugiere que está lidiando con éxito con esta emoción.
Incluso si sus frustraciones están fuera de lo común, la paciencia es la cura. Tendrá muchas oportunidades para cultivar esta invaluable habilidad. La vida enseña paciencia si la dejas ser.
4 consejos para lidiar con personas frustrantes
Cuando alguien te frustra, siempre respira antes de reaccionar. Decide si quieres hablar ahora o esperar a calmarte. Si es muy receptivo y está molesto, discútalo más tarde, cuando esté más tranquilo. Entonces serás más persuasivo y menos amenazador. En ese punto, use este enfoque, que proviene de la libertad emocional:
1. Concéntrese en un problema específico: no se acerque ni lance un ataque personal.
Por ejemplo, «Me frustra cuando prometes hacer algo pero no hay seguimiento». Sin uso de amenazas o insultos. En un tono uniforme y no culpable, hable sobre cómo le hace sentir el comportamiento en lugar de cómo cree que la otra persona está equivocada.
2. Escuche de una manera no defensiva sin reaccionar ni interrumpir.
Es una señal de respeto escuchar el punto de vista de una persona, incluso si no está de acuerdo. Evite el tono agresivo o el lenguaje corporal. Trate de no retorcerse por la incomodidad o el juicio.
3. Induzca los sentimientos detrás de las palabras.
Cuando puedes apreciar la motivación de alguien, es más fácil ser paciente. Trate de sentir si esa persona está asustada, insegura, confrontada con una parte negativa de sí misma que nunca ha enfrentado. Si es así, tenga en cuenta que puede ser doloroso. Vea a qué cambio están abiertos.
4. Responda con claridad y compasión.
Esta actitud pone a los demás a la defensiva para que se sientan más cómodos admitiendo su papel en la frustración. Describe todo en términos de remedios para una tarea específica, en lugar de generalizar. Indique sus necesidades. Por ejemplo, «Te agradecería mucho que no me gritaras aunque te decepcione». Si la persona está dispuesta a intentarlo, demuéstrale lo satisfecho que estás. Valide sus esfuerzos: “Gracias por no gritarme. Realmente aprecio tu comprensión. Vea si el comportamiento mejora. De lo contrario, es posible que deba minimizar los contactos y / o las expectativas.
En la comunicación, la paciencia es una poderosa moneda emocional. A medida que sea más capaz de tolerar la incomodidad de la frustración y no exhale mientras actúa, sus relaciones funcionarán a un nivel superior. En cualquier intercambio, defina siempre lo que busca. ¿Es para resolver un comportamiento frustrante específico? ¿Decir «no» a participar en un plan sin salida? ¿O es simplemente para transmitir tus sentimientos sin esperar el cambio? Incluso si la frustración es intratable, la paciencia marca el tono para tratar a los demás y a ti mismo con respeto.
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