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Simona Pillola/Canva

Simona Pillola/Canva

A medida que avanzamos hacia un nuevo año, la idea de las resoluciones puede parecer rutinaria o abrumadora. Incluso si nos fijamos metas motivadoras, a mediados de febrero ya podemos sentir que nos hemos quedado atrás y que nada ha cambiado. Estamos listos para darnos por vencidos, y nuestros hábitos y vidas continúan como antes.

Por lo general, queremos tomar resoluciones porque, en algún nivel, nos sentimos frustrados o encontramos que alguna parte de nuestras vidas no nos satisface. En mi práctica de terapia, a menudo escucho a los clientes hablar sobre la intensa presión para desempeñarse en el trabajo sin apoyo o preocupación constante por ser menos que perfecto. Están empleados en un trabajo que paga las facturas y algo más, pero no están inspirados ni satisfechos con el trabajo que hacen. Quieren algo más, pero no pueden determinar qué es o averiguar cómo conseguirlo.

Perseguir el próximo logro o tarea en una lista de tareas puede no proporcionar la alegría que buscamos. Entonces, ¿cómo pensamos de manera diferente sobre un nuevo comienzo o creamos una nueva oportunidad para cambiar hábitos? En lugar de redactar una lista de resoluciones u objetivos que cree que debe cumplir, use la inspiración de un Año Nuevo para ser intencional sobre lo que quiere hacer de manera diferente y sentar las bases para un cambio más genuino que perdure.

Una forma de prepararse para liberarse del pasado es dar un paso atrás y considerar cuestiones más profundas sobre lo que le da sentido a su vida. Hágase una «pregunta mágica» adleriana:

Si pudieras agitar una varita mágica y hacer este cambio en tu vida, ¿cómo sería diferente?

Esta simple pregunta, inspirada por el filósofo y psiquiatra Alfred Adler, es poderosa y efectiva. Es uno que suelo plantear a los clientes porque les permite soñar, ver cómo podría desarrollarse la vida y considerar los miedos y los obstáculos reales o percibidos que podrían impedirles tomar medidas para cambiar.

Para comenzar este Año Nuevo con una mente abierta y una perspectiva diferente, recomiendo permitir que una pregunta mágica lo guíe mientras profundiza en estas tres actividades de diario. Tómese un tiempo de tranquilidad (alrededor de 30 minutos en total), póngase cómodo, tome una taza de té y su bolígrafo favorito, y escriba mientras reflexiona sobre lo siguiente:

1. Identifique los problemas. Haz una lista de tres a cinco aspectos de tu vida en los que te sientas estancado y te gustaría ver un cambio. La lista puede incluir una relación, un problema laboral, finanzas o cuidado personal. Una vez que haga la lista, regrese a cada elemento y agregue una o dos líneas que reflejen lo que desea cambiar en un área determinada.

Sé granular: en tu relación, ¿quieres más pasión? ¿Cómo se ve eso? ¿Más diversión? ¿Cuándo hacer qué? En el trabajo, ¿quieres más autonomía? ¿Más flexibilidad para trabajar desde casa? ¿Cómo quieres que sea tu día típico?

Si no está seguro de cómo le gustaría cambiar un elemento en particular de su lista, repita la pregunta mágica, enfocándose en un tema específico.

2. Estrecha tu enfoque. Ahora que tiene su lista de áreas de la vida que le gustaría cambiar, elija solo una que resuene más con usted. O clasifique los elementos en orden de importancia y elija el que le parezca más urgente. Escribe sobre por qué quieres ver un cambio en esa área particular de tu vida.

Completar estas oraciones:

1. Lo que hace que ese tema sea tan importante para mí es __________.

2. Hacer un cambio significativo en esta área me hará _____________.

3. Este cambio encaja con mi visión de mí mismo para _____________. Este paso lo ayudará a aclarar por qué esto es importante para usted.

3. Escríbete una carta a ti mismo. Imagínate a ti mismo dentro de un año. Escríbete una carta desde tu perspectiva de un año después sobre los cambios que hiciste en el área de la vida que piensas. Suponga que logró marcar la diferencia y felicítese. ¿Cómo abordó las inquietudes que tiene actualmente acerca de hacer un cambio? Describe cómo superas cualquier desafío. Choca los cinco contigo mismo por trabajar duro, por mantenerte enfocado, por no dejar que las dudas de los demás siembren dudas en tu propia mente y corazón: ¡lo hiciste!

Sea específico acerca de los pasos que tomó cada día, cada semana o cada mes para hacer realidad su cambio. Digamos que su enfoque fue el cuidado personal. Quizás redujo su estrés al agregar actos de cuidado personal a su calendario para no perder sus «citas». O trazó un mapa y siguió una estrategia para cambiar un trabajo agotador por un trabajo más significativo.

Cuando termines, revisa tu carta. Considere qué sentimientos surgen cuando lee sus palabras para sí mismo. ¿De qué tienes curiosidad? ¿Qué sientes en tu cuerpo? ¿Qué cambios le gustaría hacer como resultado de su escritura? Tómate unos minutos más para escribir sobre tu autorreflexión. Esta podría ser su hoja de ruta para sus primeros pasos hacia el cambio.

¿Por qué funciona esta técnica? Aprovecha y libera el poder de tus pensamientos, que pueden quedar enterrados en el día a día y en las expectativas de otras personas, e involucra tus sentimientos y miedos, lo que puede amortiguar o impulsar tu motivación. Al declarar lo que quiere y actuar «como si» ya hubiera sucedido, crea la mentalidad para el crecimiento y se da esperanza.

¡Empezar hoy! ¿Cuál es un área clave de tu vida en la que quieres despegarte durante el próximo año?

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